Lluvia, cantos, comunidades, jóvenes y Eucaristía en la Plaza de Toros

Alrededor de ocho mil personas se reunieron el lunes pasado en la Plaza de Toros para celebrar la Solemnidad del Corpus Christi. Fue una tarde de testimonios, música, predicación y mucha lluvia, que culminó gozosamente con la Santa Eucaristía y juegos pirotécnicos.

Los voluntarios entraron en la Plaza de Toros a la siete de la mañana. En el ruedo se veía una tarima de tamaño considerable con tres pantallas grandes, amplificadores de sonido y juegos de luces. Al frente, una montaña de sillas rimax esperaba ser desmontada para que, en la tarde, los participantes de la Fiesta Arquidiocesana 2019 pudieran sentarse no solo en las gradas, sino en el propio redondel. Al ver el sinnúmero de sillas el coordinador dijo a los voluntarios: «Muchachos, ¡ánimo!: tenemos trabajo por hacer».

A lo largo de la mañana, el calor se fue intensificando: el sol golpeaba a los voluntarios, que no tardaron en sudar la gota gorda mientras organizaban las sillas. El padre Leopoldo Corrales, párroco del Santuario del Carmen de Bolívar, también había aparecido y arreglaba las flores que más tarde adornarían la tarima. Los jóvenes de la Pastoral Juvenil, con camisetas azules y petos naranjas, pegaban carteleras con indicaciones. Todos trabajan de lleno: sin que se dieran cuenta, varios nubarrones fueron acercándose.

¿Se aguará la Fiesta?

Entronización de la Palabra de Dios

Las puertas de la Plaza se abrieron a la una de la tarde para los asistentes. Los «madrugadores» fueron asegurando sus puestos. Poco a poco el recinto se fue llenando; también comenzaron a caer unas cuantas gotas de lluvia. De repente, las pocas gotas que caían se transformaron en un aguacero imparable. El cambio fue drástico: del sol inclemente de la mañana al diluvio que parecía no tener fin.

La gente buscó refugio. Más de uno pensó: «Esto no se va a llenar». Otros: «La Fiesta se cancelará seguro». Pero algunos comenzaron a orar, pidiendo que cesara la lluvia. Finalmente amainó: el ministerio musical invitado, Shabach, de la parroquia María de las Gracias de Torcoroma (Barrio El Campestre), empezó a tocar y a cantar. Eran cerca de las cuatro de la tarde. La lluvia no pudo aguar la Fiesta Arquidiocesana 2019.            

Ministerios laicales y jóvenes

Monseñor Jorge Enrique Jiménez, arzobispo de Cartagena, explica que la Fiesta Arquidiocesana tiene como objetivo reunir a la Iglesia de Cartagena como una sola familia, como un solo cuerpo: de allí que tenga lugar en el día del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Se celebra con alegría el encuentro con Jesucristo vivo y que los laicos renuevan el servicio —ministerio— que prestan en sus parroquias o que lo reciben por primera vez.

En la Arquidiócesis de Cartagena existen ocho ministerios laicales que los fieles pueden ejercer después de recibir la formación correspondiente en el Instituto Emaús. Estos son: Ministerio Extraordinario de la Comunión; Proclamación de la Palabra; Ministerio de Ofrenda; Ministerio de Acogida; Catequistas; Ministerio de Solidaridad; Misioneros; y Animadores de pequeñas comunidades eclesiales. Dentro de estos últimos, vale destacar a los animadores de comunidades juveniles: en la Arquidiócesis de Cartagena existen más de cien de estas comunidades, lideradas por jóvenes que guían a otros jóvenes a un encuentro con Dios.

Precisamente, la Fiesta Arquidiocesana 2019 tenía como inspiración la última exhortación apostólica escrita por el Papa Francisco, Christus vivit (Vive Cristo), cuyo tema central son los jóvenes: «Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida». Con estas palabras inicia el documento pontificio, que llama la atención sobre las inquietudes de los jóvenes, resalta sus virtudes e invita a acompañarlos.

Más de cinco mil ministros en la Arquidiócesis

Durante la procesión del Santísimo Sacramento

Tras la animación musical del principio, comenzó el momento de los testimonios en la Fiesta Arquidiocesana. Cada uno de los que intervinieron compartieron sus experiencias teniendo como referencia algunos puntos de la exhortación del Papa Francisco, en concreto los capítulos tres y cuatro. Sobresalió el testimonio del escritor y periodista cordobés Juan Gossaín, que confesó estar impresionado por la fe de la gente, que no huyó a pesar de la lluvia, sino que permanecieron firmes. Gossaín resaltó emocionado la alegría de los jóvenes católicos: jóvenes normales, conocedores del mundo de hoy, que en medio de esas realidades intentan vivir un encuentro personal profundo y gozoso con Jesucristo.

Los testimonios fueron variados. Participaron algunos sacerdotes (los padres Luis Andrés Romero, Agustín Villar y Luis Guillermo Correa), la religiosa Blanca Nubia López, el seminarista Mauricio Sierra y los laicos Nicolás Pareja —director de El Universal—, el joven José Antonio Ariza, Leonor Londoño —del Servicio Pastoral al Migrante Venezolano (SEPAMIVE)— y Edwin Díaz subdirector de estrategias corporativa de Comfenalco .

Como culmen de la Fiesta Arquidiocesana se celebró la Santa Eucaristía de la Solemnidad del Corpus Christi. La presidió el arzobispo, monseñor Jiménez, y lo acompañaron monseñor Ariel Lascarro, obispo de Magangué (quien cumplía bodas de plata sacerdotales), y monseñor Hernán Giraldo, obispo emérito de Buga y que actualmente misiona en el Amazonas. En la Misa, predicaron, además del arzobispo, el padre Robert Rodríguez y monseñor Lascarro. Además, y como uno de los motivos de la celebración, fueron instituidos 5.500 ministros —entre los que renovaban y los que recibían el ministerio por primera vez— para los diversos ministerios existentes en la Arquidiócesis.

Al final tuvo lugar la procesión del Santísimo Sacramento dentro de la Plaza de Toros. Las personas, con vela encendida en mano, contemplaban devotamente la Eucaristía mientras paraba en las cuatro estaciones previstas, organizadas por la Pastoral de Vida Consagrada, los Movimientos Eclesiales, algunos movimientos juveniles (Encuentro Juvenil, Jornadas de Vida Cristiana y Pastoral Juvenil) y la Renovación Carismática Católica. Después de la bendición con el Santísimo, el firmamento, antes oscurecido por nubes grises, se iluminó con los juegos pirotécnicos. La Fiesta Arquidiocesana 2019 había terminado y la gente marchaba con el convencimiento de que vive Cristo, nuestra esperanza.

Hernando Bello, Seminarista de la Arquidiócesis.