MIRADA HISTÓRICA DE LA ARQUIDIÓCESIS DE CARTAGENA

El Papa Clemente VII creó la Diócesis de Cartagena el 24 de abril de 1534. Por Bula del 20 de julio de 1900, el Papa León XIII la elevó a la categoría de Arquidiócesis.

La Diócesis de Cartagena es una de las Sedes Episcopales más antiguas del nuevo mundo, en tierra firme fue la segunda Diócesis después de Santa Marta que fue creada el 10 de enero de 1534; fue la tercera Diócesis creada en la historia de América del Sur. Por tres siglos las Diócesis de Bogotá, Cartagena, Santa Marta y Popayán, fueron las únicas circunscripciones Eclesiásticas en el territorio de la actual Colombia.

Durante cuatro siglos la jurisdicción de la Diócesis de Cartagena tuvo presencia en 4 departamentos de la Costa Caribe: Bolívar, Atlántico, Sucre y Córdoba. En el año 1932 se creó la Diócesis de Barranquilla; en 1954 se creó la Diócesis de Montería; en 1969 se crearon las Diócesis de Sincelejo, Magangué y la Prelatura del Alto Sinú y San Jorge que posteriormente se convirtió en la Diócesis de Montelibano.

El primer Obispo de la Diócesis de Cartagena fue el dominico Fray Tomás del Toro y Cabero en 1534. Y el primer Arzobispo de la Arquidiócesis de Cartagena fue Monseñor Pedro Adán Brioschi en 1900.

La vida de la Arquidiócesis de Cartagena ha tenido diversas etapas a través de su historia en las cuales se puede descubrir Rostros diferentes de su acción evangelizadora en la Costa Caribe Colombiana. A continuación hacemos una rápida presentación de esos Rostros más acentuados en la historia de la Diócesis de Cartagena.

1. Inicio de la evangelización y primer esfuerzo misionero con los indígenas nativos de la región

La Iglesia Católica hizo presencia en la Costa Caribe desde el momento del descubrimiento de América y rápidamente se fue organizando según el modelo que la Iglesia ha tenido a través de los siglos. En 1533 fue fundada la ciudad de Cartagena y en 1534 se fundó la Diócesis.

Los primeros destinatarios de la evangelización en esta etapa de la Iglesia de Cartagena fueron, los españoles que conquistaron esta parte del país pero rápidamente sus destinatarios más importantes fueron los indígenas que poblaban la Costa Caribe. Algo muy importante de resaltar en este inicio de la evangelización es la defensa que la Iglesia Católica asumió directamente del cuidado de los indígenas. Bajo el liderazgo del dominico Fray Bartolomé de las Casas, especialmente con los Religiosos Dominicos, la Iglesia logra en el año de 1542 que el Rey Carlos I promulgue las “leyes nuevas” en defensa de los indios. Ellas prohíben reducirlos a esclavitud. La historia de la aplicación de estas leyes no fue fácil y la lejanía de la Corona Española de estas tierras hizo que se cometieran muchos atropellos a los indígenas de todos los pueblos de América. Sin embargo, la Iglesia siempre fue defensora de los indígenas y al mismo tiempo que les anunció el Evangelio de Jesucristo buscó proteger su dignidad y denunciar ante la Corona Española los abusos, particularmente de los “encomenderos”, que eran los que ejercían directamente la autoridad de la Corona Española sobre ellos. Seguramente se hubiera podido hacer mucho más para defender a los indígenas pero hay que reconocer que la Iglesia siempre lo buscó. Así no hubiera sido siempre eficaz en su acción.

2. La evangelización y la defensa de los esclavos negros

En 1589 llegan a Cartagena con destino a Santa Fe de Bogotá los primeros Jesuitas que penetran en el interior del territorio de la actual Colombia. En 1603 Felipe III autoriza la fundación de un Colegio de la Compañía de Jesús en Cartagena de Indias, “por el mucho fruto que harían los Jesuitas con su enseñanza y doctrina en aquella tierra”. En el otoño de ese mismo año el novicio Pedro Claver emprende una peregrinación al Santuario de la Virgen de Monserrate en España.

En julio de 1604 llega a Cartagena el Padre Diego Torres con una expedición de 45 Jesuitas. 12 de ellos se quedan en la ciudad destinados a fundar los Colegios de Cartagena y de Santa Fe de Bogotá, los demás continúan con el Padre Torres hacía el Sur del continente a fundar la Provincia Jesuita del Paraguay. En noviembre de 1615 Pedro Claver llega a Cartagena y el 19 de marzo de 1616 es ordenado sacerdote en la Catedral de Cartagena por el Obispo Fray Pedro de la Vega. Desde entonces se dedica a la defensa y cuidado de los esclavos negros. En 1622 hace profesión solemne en la Compañía y firma el documento como “Pedro Claver, esclavo de los esclavos”.

La misión de los Jesuitas con los esclavos negros, su evangelización, la defensa de sus derechos, las denuncias de los atropellos que se comenten con ellos, su educación, son la tarea más hermosa de ésta que podríamos llamar como segunda etapa de la Iglesia Católica en Cartagena de Indias. La figura más notable ciertamente es la de Pedro Claver pero junto con él toda la comunidad Jesuita en Cartagena tenía como prioridad el servicio a los esclavos. Este trabajo se prolongará hasta el año de 1767 cuando son expulsados los Jesuitas por Carlos III de España, en todas sus colonias en América. El Colegio de Cartagena de convierte en Hospital a cargo de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios que organizarán allí un hospital al servicio de la ciudad.

Pedro Claver muere en la ciudad de Cartagena el 8 de septiembre de 1654, después de haber sufrido por más de cuatro años el mal del Parkinson que lo redujo a su lecho de enfermo. Fue beatificado el 31 de septiembre de 1851 y canonizado por el Papa León XIII 15 de enero de 1888.

Hay que mencionar como un hecho histórico importante de la ciudad de Cartagena, durante los siglos XVI, XVII y XVIII, el hecho de haber sido permanentemente asediada por los piratas que se la tomaron en varias ocasiones la ciudad y la destruyeron. Particularmente famosa fue la defensa heroica que hizo de la ciudad Don Blas de Lezo, cuando fue atacada por el Almirante Inglés Edward Vernon. La historia de los ataques y particularmente de las defensas que se hicieron de la ciudad le merecieron el título que ostenta con orgullo Cartagena como “Ciudad Heroica”.

3. Los difíciles años de la Iglesia Católica en el Siglo XIX

Al cumplirse la emancipación de la Nueva Granada con respecto al reino de España, la fundación de la República trajo consecuencias nefastas para la Iglesia de Costa Caribe, quizás mayores a las que tuvo la misma Iglesia Colombia en otras regiones del país. El obispo y los sacerdotes españoles regresaron a España, el clero criollo y nativo no suficientemente preparado para el trabajo evangelizador no pudo continuar el ritmo de la obra evangelizadora de la Iglesia, tanto por la falta de número de sacerdotes como de la calidad de los mismos. El Seminario estuvo clausurado hasta el año de 1882, los conventos de los religiosos del Centro Histórico fueron expropiados, la mayoría de las parroquias quedaron sin sacerdotes y los fieles católicos vivieron la clásica figura del Evangelio cuando Jesús dice: “vivían como ovejas sin pastor” Mateo 9, 36-38.

Cuatro obispos pastorearon la Iglesia de Cartagena en este periodo de continuado deterioro de la vida eclesial, dos de ellos con un tiempo más prolongado: Juan Fernández de Sotomayor y Picón y Bernardo Medina y Moreno.

4. La gran obra evangelizadora de Monseñor Eugenio Biffi

Monseñor Eugenio Biffi nació en Milán en el año de 1829 y fue ordenado sacerdote el 21 de mayo de 1853. El mismo año ingresó en el Seminario de Misiones de Milán donde se formaban sacerdotes italianos que la Santa Sede enviaba como misioneros a muchos países del mundo, el padre Eugenio fue destinado en 1856 por el Papa Pio IX a Cartagena como misionero y llegó a esta ciudad en el mismo año.

En 1858 Tomás Cipriano de Mosquera hace prisionero al presidente de Colombia Mariano Ospina Rodríguez y se toma el poder, una de las acciones más delicadas que emprende el nuevo presidente es la persecución de la Iglesia, y entre los hechos más delicados que realiza destierra al delegado de la Santa Sede y por segunda vez destierra a los Jesuitas. Biffi, quién trabaja como misionero en la ciudad, critica desde el púlpito esta conducta del dictador y apoya a quienes en Cartagena promueven la fuga de los presos políticos que aquí tenía el dictador Mosquera; en 1862 es desterrado Biffi quién viaja a Kingston(Jamaica), donde lo acogen los padres Jesuitas y se dedica a evangelizar la región de Belice.

En 1866 Biffi es destinado a Birmania Oriental como Prefecto Apostólico en la ciudad Tungú y allí permanece por más de 10 años. En 1880 el Papa León XIII nombra a Biffi Obispo de Cartagena. Ya el dictador Mosquera había dejado el poder y el nuevo presidente era el Cartagenero Rafael Núñez. Monseñor Eugenio Biffi se entrega del todo a su diócesis, organiza de nuevo el Seminario y lo pone en manos de los padre Eudistas pensando siempre en mejorar su presbiterio diocesano. Se instala en una pequeña casa, cerca de la Iglesia Catedral.

Durante la guerra civil de 1885 y el sitio de Cartagena de Gaitán Obeso, varios proyectiles caen en el aposento del Obispo Biffi y en la catedral. En 1886 logra que el gobierno le devuelva el Templo y el Convento de San Pedro Claver. Fija allí su residencia e inicia la restauración de este monumento de la ciudad.

El 15 de enero de 1888 es canonizado San Pedro Claver, el Obispo Biffi celebra ese día una misa solemne en honor del Santo e invita a la ciudad a continuar el embellecimiento del templo. El 3 de abril de 1896 llegan los Padres Jesuitas de Panamá a quienes les cede el Santuario. Inicia la construcción de su residencia junto a la Catedral de la cual solamente alcanza a colocar los cimientos. El 8 de noviembre de 1896 murió en Barranquilla.

La acción pastoral de Monseñor Eugenio Biffi en la diócesis de Cartagena marcó de manera muy importante la renovación de la Iglesia en la Costa Caribe de Colombia. A una diócesis que llevaba varias décadas de estancamiento y de pobreza pastoral, le dio nueva vida. “Resucitó una diócesis que se hallaba postrada en la ignorancia”, según el decir del Papa León XIII. Era un gran misionero y a los sacerdotes les infundió este espíritu para que las parroquias fueran verdaderamente Evangelizadoras. Su diócesis era muy extensa y la visitaba continuamente. Especial cuidado tuvo en la formación de nuevos sacerdotes y eso lo llevó a la restauración del “Seminario San Carlos Borromeo”

Tenía fama de Santo, algunos lo llamaban en Cartagena “el segundo Claver”. Actualmente se están dando los primeros pasos para su posible canonización.

5. Cartagena Tierra de Santos

En la historia de nuestro País Cartagena ha sido llamada “Ciudad Heroica”. Titulo muy merecido porque durante cinco siglos ha sobrevivido a muchas invasiones, a muchas opresiones, a muchas desigualdades y a muchas formas de pobreza. Las empresas de turismo promocionan a Cartagena como “el primer destino turístico del país”. Pero igualmente Cartagena es “Tierra de Santos”. La ciudad tiene el privilegio de albergar en su seno los cuerpos de San Pedro Claver y de Santa María Bernarda Bütler. Uno y otro fueron importantes evangelizadores de la ciudad y de la región. Siempre entre los más pobres y necesitados.

María Bernarda (Verena Bütler) nació en Auw, en el Cantón de Argovia, en Suiza, el 28 de mayo de 1848. Hija de modestos campesinos y cristianos ejemplares.

A la edad de 14 años, terminados los estudios elementales, sintió la llamada de Dios a entregar completamente su vida al Señor Jesucristo y a la Iglesia. A los 18 años entró como postulante en un convento de la región. Comprobado que no era aquél el lugar donde el Señor la llamaba, Verena regresó pronto al seno familiar. El trabajo, la oración, el apostolado en la parroquia, mantuvieron vivo en ella el deseo de la vida consagrada. El 12 de noviembre de 1867, Verena entró en el Monasterio franciscano de María Auxiliadora en Altstätten. El 4 de mayo de 1868 vistió el hábito franciscano, tomando el nombre de Sor María Bernarda del Sagrado Corazón de María, y, el 4 de octubre de 1869 emitió la Profesión religiosa, con el firme propósito de servir al Señor hasta la muerte, en la vida contemplativa.

Sus primeros años de vida religiosa los dedicó a la oración y a la formación de las religiosas en su Monasterio donde fue elegida Superiora. En 1888 acogió la invitación de Monseñor Pietro Schumacher, obispo de Puertoviejo, en Ecuador, quien le pidió venir a su diócesis, a servir a una región muy necesitada tanto de Dios como de recursos para vivir humanamente. Con seis compañeras comenzó su servicio en la comunidad de Chone que el Obispo diocesano le ofreció para que trabajara pastoralmente. Con ellas fundó una nueva Congregación Religiosa, la de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora, con quienes trabajó en medio de muchas necesidades sociales: la pobreza absoluta, el clima tórrido, incertidumbres y dificultades de todo tipo, riesgos para la salud y la misma seguridad de vida, incomprensiones de parte de la autoridad eclesiástica y, la separación de algunas Hermanas de la Comunidad, quienes fundaron otra congregación.

En 1895, una violenta persecución por parte de fuerzas hostiles a la Iglesia obligó a Sor María Bernarda y a sus Hermanas a escapar del Ecuador. Sin saber a dónde ir, con 14 Hermanas se dirigió a Bahía, de donde prosiguió para Colombia. El grupo estaba aún buscando dónde ir, cuando recibió la invitación de Monseñor Eugenio Biffi para trabajar en su diócesis de Cartagena. Y, así, el 2 de agosto de 1895 arribaron a Cartagena, recibidas paternalmente por el Obispo. Encontraron alojamiento en un ala del hospital femenino, llamado comúnmente «Obra Pía». El Señor Jesús las había conducido a aquel asilo, donde la Madre Bernarda permanecerá hasta el término de su vida. Después de la casa de Cartagena, se llevaron a cabo otras fundaciones no sólo en Colombia, sino en Austria, en Brasil, en Ecuador y en África.

Con un amor compasivo, de auténtica franciscana, la Congregación de Hermanas Franciscanas estaba encargada de socorrer las necesidades espirituales de los pobres que ella consideró siempre sus predilectos. Decía a las Hermanas: «Abran sus casas para ayudar a los pobres y a los marginados. Prefieran el cuidado de los indigentes a cualquier otra actividad». La Madre guió su Congregación por espacio de treinta años.

El 19 de mayo de 1924, en la «Obra Pía» de Cartagena, amada y venerada de todos como auténtica santa, María Bernarda se durmió serenamente en el Señor. Contaba con 76 años de edad, 56 de vida consagrada y 38 de misionera. La noticia de su muerte se difundió rápidamente. El párroco de la catedral de Cartagena anunció el tránsito diciendo a sus fieles: “¡Esta mañana, en esta ciudad, ha muerto una Santa: la reverenda Madre Bernarda!” Su tumba fue pronto meta de peregrinaciones y lugar de oración.

El celo apostólico y el ardor de la caridad de la Madre María Bernarda han sido muy importantes para la evangelización de la Arquidiócesis de Cartagena, de la Región Caribe, de muchos lugares en Colombia y de países de tres Continentes donde se ha extendido la Congregación de las Hermanas Franciscanas. Los aportes que han dado a la Iglesia de Cartagena y a la Iglesia Católica en general son: la evangelización de hombres y mujeres, la atención de los pobres en sus necesidades sociales, particularmente en el campo de la salud y su servicio educativo en múltiples colegios en los cuales educan a niñas adolescentes y jóvenes de todas las clases sociales, en los cuales educan cristiana y humanamente. Su apoyo a las Parroquias donde trabajan ha sido invaluable.

El 29 de octubre de 1995, el Siervo de Dios Papa Juan Pablo II le confirió el título y los honores de los Beatos. El 12 de octubre de 2008, el Santo Padre Benedicto XVI la inscribe en el Catálogo de los Santos.

6. El esfuerzo continuo por la formación de sacerdotes en la Arquidiócesis de Cartagena

6.1. Los comienzos del Seminario (1591-1883)

El Concilio de Trento en su vigésimo tercera sesión, del 15 de julio de 1563, y en el canon 18 del Decreto de Reforma, ordenó la creación de Seminarios Diocesanos y estableció las condiciones que debían observarse para formar debidamente a los clérigos. El Obispo Antonio de Hervías, o.p., alude ya en carta a Felipe II, del 11 de Mayo de 1591, a la Fundación de un Seminario en Cartagena de Indias

En su obra, “El Padre Teodoro Hamon, Primer Eudista llegado a Colombia”, el Padre Luis Samson, cjm., dice que el Seminario de Cartagena fue erigido en 1774 por cédula real de Carlos III, bajo la advocación de San Carlos Borromeo, patrono del rey, y organizado por el Obispo Fray José Díaz de Lamadrid en el antiguo convento de San Pedro Claver, después de la Expulsión de los Padres Jesuitas. Estos, concentrados en Mompox, en ejecución de la Pragmática Sanción de 1767, abandonaron el país con destino a Santo Domingo y Europa a finales de año. Es posible que, como dice el Padre Samson, en el año de 1774 se hubiera dado la Real Cédula de erección del Seminario; pero la fundación no se hizo sino en 1787, diez años después de la posesión del franciscano José Fernández Díaz de la Madrid, quiteño, como obispo de Cartagena.

6.2. La Dirección del Seminario bajo los padres Eudistas (1884-1964)

Monseñor Eugenio Biffi, consagrado Obispo en Milán el 19 de Febrero de 1882, llegó a Cartagena el 10 de Junio del mismo año. Cincuenta y seis (56) parroquias de la Diócesis carecían de párroco. Se consagró inmediatamente a la obra del Seminario. Personalmente solicitó al Papa León XIII que interviniera frente al Superior General de los Padres Eudistas en París para que ellos, que tenían como carisma especial la formación en los Seminarios se encargara de dirigir la formación en el Seminario. De hecho el Superior General aceptó la propuesta del Papa León XIII y la Congregación de los Padres Eudistas asumió la dirección del Seminario.

Así describió el Padre Hamon el edificio del seminario: “Vivimos en un antiguo convento de los Padres Dominicos, bastante espacioso y hermoso en cuanto al interior, a lo menos. Consta de un piso bajo y otro superior en forma de cuadro, una Iglesia cierra uno de los costados. Así tenemos dos claustros sobrepuestos, alrededor de un patio en cuyo centro hay una fuente que nunca seca. Por ser húmedos los cuartos bajos, no sirven más que para cocina, comedor y clases. Proviene esta humedad del suelo que está poco elevado sobre el nivel del mar, el cual nos rodea por todas partes. La iglesia puesta bajo la advocación de Santo Domingo tiene un coro amplio y siete altares… No hay cocina en forma, tampoco portería y la casa entreabierta para quien quiera. Los cuartos no tienen muebles, las paredes están desnudas y los pisos de los claustros hendidos”. (p. 105). El Padre Hamon abrió “formal y canónicamente el Seminario Conciliar de San Carlos Borromeo” el 8 de Febrero de 1884. Además del Padre Dufouil, contaba con la colaboración del Padre Brioschi, secretario de Monseñor Biffi. Los alumnos eran catorce (14, “de los cuales tres nuevos y algunos de bastante edad, los que acabados los estudios, aguardaban sus ordenaciones” (Samson, o.c., (p.110).

6.3. La re-apertura del Seminario (1988-2010)

En febrero de 1964, en acatamiento de las disposiciones de la Santa Sede, los seminaristas de Cartagena pasaron al Seminario de la entonces Diócesis de Barranquilla. Inicia una nueva etapa en el camino de la formación en el Seminario Regional de la Costa Atlántica, que daría inicio en Puerto Salgar (Atlántico), bajo la dirección de los Padres Eudistas. El 29 de febrero de 1988 ante el considerable aumento de las vocaciones en el Seminario Regional Juan XXIII (más de 150 seminaristas), los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Cartagena y los directores del Seminario vieron la necesidad de organizar en Cartagena el curso introductorio, donde inician 36 jóvenes de las nueve diócesis que en ese entonces formaban la región caribe. El 12 de febrero de 1989, los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Cartagena, deciden volver a abrir el Seminario Provincial San Carlos Borromeo en la ciudad de Cartagena, en la antigua sede del Convento de Santo Domingo bajo la dirección de los padres Eudistas. Esta iniciativa fue liderada por Monseñor Carlos José Ruiseco Vieira, arzobispo de Cartagena. En 1994 se traslada la sede del Seminario, a su actual sede en el Km 4 entrada Matute, vía Turbaco. En el año 2010 los padres Eudistas renuncian a la dirección del Seminario Mayor.

6.4. Dirección bajo la responsabilidad de los Padres Diocesanos de la Provincia Eclesiástica de Cartagena (2011)

En el 23º aniversario de re-apertura, una nueva etapa se escribe en la historia de este Seminario en Cartagena, bajo la guía de los padres diocesanos nativos de esta Provincia Eclesiástica.

7. El Concilio Vaticano II y la aplicación de sus orientaciones en la Arquidiócesis de Cartagena

7.1. Monseñor Pedro Adán Brioschi 1898 – 1943

 A la muerte de Monseñor Eugenio Biffi le sucedió como Obispo Diocesano su secretario personal, Monseñor Pedro Adán Brioschi. Italiano. Discípulo de Biffi, nació en Tradate, pueblo cercano a Milán, el 7 de abril de 1860. Fue designado Obispo de Cartagena el 15 de febrero de 1898 cuando ya vivía en Cartagena. Al saber su nombramiento fue a Bogotá para ser consagrado el día 8 de mayo de 1898. En virtud de la elevación de la diócesis a Arquidiócesis, el 20 de junio de 1900, fue designado Arzobispo el 27 de julio de 1901 y murió en Cartagena el 13 de noviembre de 1943.

7.2. Monseñor José Ignacio López Umaña (1943-1974)

A Monseñor Pedro Adán Brioschi le sucedió como Arzobispo de Cartagena Monseñor José Ignacio López Umaña en el año 1943. Nació el 11 de diciembre de 1883 en Alpujarra, Tolima. El 30 de noviembre de 1907 es ordenado sacerdote. Fue elegido como Obispo de Garzón el 23 de noviembre de 1924. Designado Arzobispo de Cartagena el 13 de noviembre de 1943. Participó en todas las Sesiones del Concilio Vaticano II. Murió en Cartagena el 3 de octubre de 1974.

7.3. Monseñor Rubén Isaza Restrepo 1974 – 1983

Nació el 20 de marzo de 1916 en Salamina, Caldas. Fue ordenado sacerdote el 29 de octubre de 1939 en Manizales. El 18 de diciembre de 1952 fue nombrado obispo auxiliar de la Arquidiócesis Cartagena. Fue el primer Obispo de la Diócesis de Montería en 1954 y gobernó esta Diócesis hasta 1959. Fue nombrado Obispo de la Diócesis de Ibagué en 1959 y gobernó esta Diócesis hasta 1964. Participó en todas las Sesiones del Concilio Vaticano II. Fue nombrado Obispo Coadjutor de Bogotá en 1964. En 1967 fue trasladado a Cartagena como Arzobispo y dirigió la Arquidiócesis hasta 1983, año en el cual la Santa Sede le aceptó su renuncia. Se preocupó mucho por la creación de nuevas parroquias en los barrios marginados de la ciudad. Cercano a los fieles dejó un recuerdo muy hermoso como pastor en medio de los fieles. A partir de su renuncia vivió en la Ciudad de Manizales donde murió el 9 de marzo de 1987.

7.4. Monseñor Carlos José Ruiseco Vieira 1983 – 2005

Nació en Medellín (Antioquia, Colombia), el 20 de octubre de 1935, fueron sus padres don Joaquín Ruiseco y Doña María Vieira.

Desde muy joven estuvo vinculado a Barranquilla y a esta Diócesis, porque aquí realizó sus estudios en el Colegio “San José” de la Compañía de Jesús, hizo sus estudios eclesiásticos de Filosofía y Teología en el Colegio Aloysiano anexo a la Pontificia Universidad Javeriana, en donde se Licenció en Teología.

Fue ordenado presbítero el 6 de enero de 1960 por Monseñor Germán Villa Gaviria, Obispo de Barranquilla, se especializó en Roma en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana. En la Diócesis fue párroco de las siguientes parroquias: San Antonio de Padua (Sabanalarga, Atlántico, Colombia), Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma (Barranquilla) y Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. Además fue Canciller de la Diócesis y profesor del Seminario Regional “Juan XXIII”.

El 11 de diciembre de 1971 fue elegido por el Santo Padre Pablo VI, Obispo Titular de Febiana y Auxiliar de la Arquidiócesis de Barranquilla, recibiendo la ordenación episcopal de manos del mismo Santo Padre en Roma el 13 de febrero de 1972.

Fue nombrado por el Romano Pontífice, Obispo de Montería, el 28 de marzo de 1977, siendo su quinto Obispo.

Fue nombrado Arzobispo el 23 de septiembre de 1983 por el Santo Padre Juan Pablo II para la Arquidiócesis de Cartagena de Indias, a la cual sirvió hasta el 24 de octubre de 2005 cuando fue aceptada su renuncia por el Santo Padre Benedicto XVI.

Monseñor Carlos José Ruiseco dedicó sus 22 años de pastoreo en la Arquidiócesis a implementar el Concilio Vaticano II. Se puede decir que buscó que todos los Documentos del Concilio, en sus orientaciones y en sus propuestas pastorales tuvieron cabida en el servicio pastoral. Particular cuidado dedicó a la promoción de la Pastoral Vocacional. A él se deben las nuevas instalaciones del Seminario Provincial San Carlos Borromeo en Turbaco, lo cual significó una gran promoción de la importancia del Seminario en la Arquidiócesis y en la Provincia Eclesiástica de Cartagena.

7.5. Monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal (2004-2021)

Nació en Bucaramanga el 29 de marzo de 1942. Perteneció a la Congregación de Jesús y María (Padres Eudistas). Fue ordenado sacerdote el 17 de junio de 1967. Su trabajo pastoral como sacerdote se desarrolló: como formador en el seminario Mayor de los Padres Eudistas en Bogotá; como colaborador del Padre Rafael García Herreros en la obra social del Minuto de Dios donde dirigió un programa de mejoramiento de vivienda y un trabajo de promoción de campesinos en varios departamentos del país; trabajó en el Secretariado Nacional de Pastoral Social como responsable en la formación de la Doctrina Social de la Iglesia; fue vice-rector y responsable académico del ITEPAL (Instituto Latinoamericano de Pastoral) en la ciudad de Medellín, colaborando en la formación social de los sacerdotes en varios países y en la elaboración de planes de pastoral en diversas diócesis de América Latina. De 1988 a 1992 fue Superior Provincial de los Padres Eudistas en la provincia de Colombia, que comprendía varios países de América Latina. El Papa Juan Pablo II lo nombró Obispo de Zipaquirá y fue consagrado por el Cardenal Mario Revollo Bravo el 12 de diciembre de 1992. Siendo Obispo de Zipaquirá prestó los siguientes servicios al Episcopado Colombiano y Latinoamericano: Secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana (1993 al 1995); Secretario del CELAM (Consejo Episcopal Latino Americano) (1995 al 1999); Presidente del CELAM (Consejo Episcopal Latino Americano) (1999 al 2003); Nombrado por el Papa Juan Pablo II Arzobispo Coadjutor de Cartagena (2004-2005) Fue nombrado Arzobispo titular de Cartagena por el mismo Papa Juan Pablo II desde el 2005 hasta la fecha.

Los servicios más importantes que ha prestado en la Arquidiócesis de Cartagena: La elaboración y promoción del Plan Arquidiocesano de Pastoral de la Arquidiócesis (2005-2015); la Misión Permanente de la Arquidiócesis, la promoción de la Pastoral juvenil y vocacional; el acompañamiento del Presbiterio de Cartagena que se ha incrementado de forma importante; la fundación de nuevas parroquias; la promoción del laicado tanto a nivel de las parroquias como de los diversos Movimiento Eclesiales. Coordinó la elaboración del Plan de Pastoral 2005-2015 y el Nuevo Plan de Pastoral 2016-2026.

7.6. Monseñor Francisco Javier Múnera Correa (2021 – Actualidad)

Nació en Copacabana (Antioquia), el 21 de Octubre de 1956. Después de ingresar en el Seminario Mayor de los Misioneros de la Consolata, cursó sus estudios filosóficos en el Seminario Arquidiocesano de Bogotá y los estudios teológicos en la Universidad Pontificia Javeriana de Bogotá. Obtuvo la Licenciatura en Misionología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Recibió la ordenación sacerdotal el 8 de Agosto de 1982 en La Ceja (Antioquia), incardinándose en el Instituto Misionero de la Consolata, en el que había hecho su profesión perpetua el 25 de diciembre de 1981. Los principales servicios que ha desempeñado durante su ministerio han sido los siguientes: Vicerrector en el Seminario Internacional Instituto Misionero de la Consolata de Bravetta, Roma (1983-1986); Vicario Parroquial y luego Párroco en Loyangallani, diócesis de Marsabit, en Kenya, en el Africa (1988-1992); Rector del Seminario Internacional del Instituto Misiones Consolata en Bogotá· desde 1993 y, simultáneamente, desde junio de 1996 hasta 1998, ha cumplido el oficio de Vice-Superior Regional del IMC en Colombia.

El 7 de Diciembre de 1998 el Santo Padre Juan Pablo II lo nombró Obispo titular de Acque Nouve di Numidia y Vicario Apostólico de San Vicente-Puerto Leguízamo; recibió su ordenación episcopal el 11 de Febrero de 1999 en la Catedral de Bogotá. El 30 de mayo de 2019, el Papa Francisco lo nombró como primer Obispo de la Diócesis de San Vicente del Caguán. El 25 de marzo de 2021, el Papa Francisco lo nombro Arzobispo de la Arquidiócesis de Cartagena en Colombia. Tomó posesión el 22 de mayo de 2021, en la Iglesia Catedral.

LA VIDA DE LOS PRIMEROS OBISPOS DE CARTAGENA

  1. FRAY TOMÁS DEL TORO, OP 1534 – 1536. Fraile de la orden de Santo Domingo, elegido en 1532, llegó a Cartagena en 1534 proveniente de Talavera, murió ejerciendo el obispado.
  2. FRAY JERÓNIMO DE LOAIZA, OP 1538 – 1542. Fraile Dominico, de la OP, elegido por su experiencia en las Indias, designado el 5 – 12 – 1537. Llegó a Cartagena en 1538 donde dio impulsos a la construcción del Catedral de la ciudad. Fue designado arzobispo de Lima el 13 de Mayo – 1541, razón por la cual abandonó Cartagena en 1542.
  3. FRAY FRANCISCO DE BENAVIDES Y VELASCO 1543 – 1551. De la orden de San Jerónimo, Fue elegido obispo en 1543, durante su obispado la ciudad fue saqueada por dos ataques piratas, uno realizado por el corsario español Alonso Vejines, como venganza a los azotes que había recibido, maltrató al prelado y prendió en llamas a la ciudad, todo ello en el año 1551.
  4. FRAY GREGORIO DE BETETA, OP 1552 – 1556. Fraile dominico, ordenado en el Convento de San Esteban en Salamanca y uno de los 20 que vinieron al Nuevo Reino de Granada, para la conversión de Indígenas en las provincias de Santa Marta, Urabá y Cartagena, y siendo profesor y párroco de uno de los pueblos de Cartagena, fue llamado para ocupar la diócesis de Cartagena, para evitar su declinación.
  5. DR. JUAN DE SIMANCAS SIMANCAS 1561 – 1570. Llegó en 1560 para ser consagrado en Santa Fe, fue designado para la diócesis de Cartagena el 5 -12 – 1561. Luego de gobernar la diócesis por espacio de 10 años, afectado por el clima, abandono la diócesis sin licencia y retornó a España donde murió en 1570.
  6. FRAY LUIS ZAPATA DE CÁRDENAS, OFM 1570. De la orden Franciscana elegido obispo de Cartagena en 1570 y de allí promovido a la arquidiócesis de Bogotá.
  7. FRAY PEDRO DE ARÉVALO JERÓNIMO 1570. Pedro de Arévalo, monje de la orden de San Gerome, fue designado el 18 de mayo de 1571, y consagrado obispo de Cartagena en España, pero antes de emprender viaje renunció, murió en España en 1572.
  8. FRAY DIONISIO DE LOS SANTOS, OP 1573 – 1577. De la orden de Santiago, elegido en 1573, murió el 9 – 09 – 1577. Su designación acaeció el 25 -06 – 1574.
  9. FRAY JUAN DE MONTALVO, OP 1579 – 1586. De la Orden de Santo Domingo, Elegido obispo de Cartagena el 6 – 10 – 1578, llegó a la ciudad en 1579, fue miembro del sínodo celebrado por el arzobispo, por lo cual fue a Santa Fe. En 1583 presenció el ataque y saqueo de la ciudad por Sir Francis Drake, y afectado por esta calamidad enfermó y murió el 10 – 09 – 1586.
  10. FRAY DIEGO DE OSORIO, OP 1587. De la orden de Santo Domingo, fue primero monje en Cartagena, Lima y Nueva España. Estando en Cartagena le fue otorgado el obispado en 1587, lo cual no aceptó y murió en 1579 en México.
  11. FRAY ANTONIO DE HERVÍAS 1590 – 1593. Dominicano, Obispo de Cartagena, cargo para el que fue elegido el 28 de septiembre de 1587, donde murió en 1590.
  12. FRAY JUAN DE VIVERO, O.S.A. 1590. De la Orden de San Agustín, y elegido obispo de la ciudad de Cartagena, a la cual renunció.
  13. FRAY JUAN DE LADRADA, OP 1596 – 1613. Monje dominico, Fue designado el 29 de enero de 1597 y consagrado Obispo de Cartagena en 1596. Reconstruyó la catedral destruida por Drake, estableció el primer coro de niños, regaló a la catedral un palio para ser llevado en las procesiones, asistió a la fundación del colegio de regulares de la orden Jesuita, y la fundación del convento de los agustinos descalzos en el cerro de la Popa.
  14. FRAY PEDRO DE VEGA 1614 – 1616. Designado el 6 de octubre de 1614, llegó a Cartagena como obispo ese mismo año, pero murió tempranamente el 17 de junio de 1616.
  15. DR. DIEGO RAMÍREZ DE CEPEDA 1617. De Santiago. Estando en Madrid fue elegido obispo, pero murió antes de llegar a la diócesis
  16. FRAY DIEGO TORRES DE ALTAMIRANO, OFM 1618 – 1620. Luego de recibir su designación el 26 de junio de 1617 recibió su consagración de obispo en Lima y llegó a Cartagena en 1620 y murió el 10 de diciembre del año siguiente. Estuvo en Tolú.
  17. FRAY FRANCISCO DE SOTOMAYOR, OFM 1623. Monje Franciscano. Elegido obispo el 22 de mayo de 1623 y promovido a la diócesis de Quito antes de dejar Madrid el 18 de diciembre de 1623.
  18. FRAY LUIS DE CÓRDOBA RONQUILLO, OSST 1630 – 1638. De la orden de la santísima trinidad Fue elegido obispo el 9 de septiembre de 1630, gobernó ocho años y regresó a España sin licencia.
  19. Fray Cristóbal Pérez de Lazárraga (Cisterciense) 1639 – 1648. De la orden de San Bernardo, calificador de la inquisición, tomo la vida religiosa siendo bastante joven.. Elegido y consagrado obispo de Chiapas y después promovido a la diócesis de Cartagena, de la cual tomó posesión en 1640. Tres veces visito sus parroquias y después de una enfermedad de 90 días murió en 1648.
  20. Dr. Francisco Rodríguez de Cepeda Valcárcel 1649 – 1651., elegido obispo de Cartagena, tomó posesión en 1650, y gobernó solo 11 meses, después de los cuales murió.
  21. Dr. Diego del Castillo Arteaga 1652. Natural de Tudela, le fue presentada la diócesis de Cartagena en 1652 pero declinó su oferta.
  22. Dr. García Martínez Cabeza 1654.Estuvo en Lima como inquisidor. Fue elegido obispo de Cartagena pero murió antes de tomar posesión en 1653.
  23. Dr. Antonio Sanz Lozano 1660 – 1680.Fue presentado al rey para la diócesis de Cartagena de la cual el tomó posesión en 1661, su designación fue el 10 de noviembre de 1659, gobernó con gran habilidad durante 20 años y fue promovido a la arquidiócesis de Bogotá por la real orden del 22 de febrero de 1681. Murió el 28 de mayo de 1688
  24. Dr. Antonio Benavides y Piedrola 1681- 1691.Su gobierno fue problemático y perturbado por la cesación de los ritos religiosos, ocasionado por la circunstancias de las monjas de Santa Clara, quienes estaban al cuidado de los religiosos de San Francisco, habiendo sido puesto bajo la jurisdicción ordinaria, fue llamado a la corte y arribó a España en 1691, no estando dispuesto a recibir otra diócesis murió en Cádiz.
  25. Fray Antonio María Casiani Basiliano 1713 – 1717. Monje de la orden de San Basilio, Durante su administración fue la primera vez que los blancos entraron a San Basilio de Palenque, y por intermedio de él se firmó la paz y se reconoció la independencia de estos cimarrones. Murió ejerciendo el cargo el 25 de noviembre de 1717 a los 53 años.
  26. Dr. Francisco Gómez Callejas 1718 – 1728. Ejerció hasta cuando una real orden del 19 de noviembre de 1725 lo designó para la diócesis de Popayán.
  27. Manuel Antonio Gómez de Silva. Fue designado el 20 de febrero de 1726 hasta la designación como Obispo de Popayán el 20 de septiembre de 1728.
  28. Dr. Gregorio de Molleda Clerque 1729 – 1740. Nativo de Lima, donde nació en 1692. Consagrado y hecho obispo de Cartagena en 1736 y después promovido a Trujillo en 1740
  29. Dr. Diego Martínez Garrido 1740 – 1744. De la orden de Santiago, elegido en 1740, confirmado el 6 de marzo de 1741, murió en 1746.
  30. Dr. Bernardo de Arbosa (o Arbiza) y Ugarte 1747 – 1751. Nativo de Cuzco o Lima, fue promovido a la diócesis de Cartagena en 1746, de la cual tomó posesión al año siguiente y gobernó hasta 1752 cuando fue promovido a la iglesia de Trujillo.
  31. Dr. Bartolomé de Narváez y Berrío 1751 – 1754. Nació en Cartagena de Indias, hijo de Bartolomé de Narváez y Juana Francisca Berrío. El 20 de septiembre de 1713 entró a estudiar en el colegio de San Bartolomé. Canón de la iglesia de Cartagena y nativo de ésta provincia, presentado para la diócesis en 1752; gobernó ésta hasta su muerte el 13 de octubre de 1754, su muerte acaeció en Lorica mientras realizaba una visita pastoral y sus restos fueron enterrados en la ermita de paja de esa ciudad.
  32. Dr. Jacinto Aguado y Chacón (1755).elegido en 1754 y promovido a la diócesis de Arequipa antes de embarcarse para Cartagena.
  33. Dr. Diego Antonio Valenzuela Fajardo (1755). Nativo de la ciudad de Bogotá, elegido en 1754, murió en 1755.
  34. Dr. Manuel de Sosa Betancour 1757 – 1764.. La real cédula del 28 de julio de 1764, firmada en San Idelfonso, puso bajo autoridad de la diócesis de Cartagena el pueblo de indios de Yucal. Realizó visita pastoral a la provincia en 1760 y en San Benito Abad (Sucre) recomendó trasladar el pueblo. También logró del rey prohibir los bundes en toda la provincia de Cartagena
  35. Dr. Diego Bernardo de Peredo y Navarrete 1767 – 1772. Durante su administración fue encargado de hacer el empadronamiento de la Provincia en 1771, en relación a esos servicios publicó en 1772 una Nota historial sobre los pueblos y villas de la provincia.
  36. Dr. Agustín de Alvarado y Castillo 1772 – 1775. Fue nombrado Obispo de Cartagena. Promovido a la arquidiócesis de Santa Fe el 13 de marzo de 1775.
  37. Dr. Blas Manuel Sobrino y Minayo 1775 – 1777. Elegido el 13 de marzo de 1775 y promovido a la arquidiócesis de Quito el 16 de diciembre de 1776.
  38. Fray José Fernández Díaz de La Madrid, OFM 1778 – 1792. Monje de la Orden de San Francisco, Elegido en 1777. En 1792 es ordenado obispo de Quito, donde muere el 4 de junio de 1794. La plaza ubicada frente a la Iglesia de Santo Toribio lleva su nombre.
  39. Dr. Miguel Agustín Álvarez Cortés 1794 – 1795. Fue designado el 3 de diciembre de 1792, llegó a Cartagena en 1794. El 22 de septiembre de 1795 fue designado Obispo de Quito y murió el 1 de febrero de 1801 en esa ciudad.
  40. Dr. Jerónimo de Liñán y Borda 1796 – 1805. Nativo de Cartagena de Indias, muere el 30 de septiembre de 1805.
  41. Fray Custodio Ángel Díaz Merino, OP 1809 – 1812. De la orden Dominicana, fue designado por el Rey de España conforme al concordato con la Santa Sede el 26-08-1806, pero llegó a su sede sólo hasta 1809, tomando posesión el 1 de junio. Le tocó sobrellevar los movimientos emancipatorios de Cartagena, ciudad muy activa y decidida por su independencia de España. Distinguió por su férrea oposición contra los patriotas, se le acusó de apoyar a los realistas de Santa Marta y después de la declaratoria de independencia de Cartagena en 1811, decide exiliarse voluntariamente en 1812 junto con los administradores de la inquisición. Al marcharse la sede quedó vacante, pero como el Vaticano no reconoció la independencia de La Nueva Granada hasta 1824, siguió reconociendo a Díaz Merino como obispo de Cartagena hasta su muerte en el exilio el 12-01-1815
  42. Fray Gregorio José Rodríguez Carrillo (Basiliano) 1816–1820. De la orden basilianA. La sede apostólica de Cartagena permaneció vacante por cuatro años, producto de los ajetreos políticos en la Nueva Granada, pero una vez reconquistada y tomada la ciudad de Cartagena por los realistas en dic. de 1815, El rey de España nombra a Rodríguez Carrillo como obispo de Cartagena por medio de la real orden del 8 de marzo de 1816, el obispo procedente de Santa Marta llegó a la ciudad junto con los administradores de la inquisición, su período fue muy impopular y se extendió hasta la ocupación de la ciudad por los patriotas en 1821, con él se marchó para siempre de la ciudad el dominio español y la Inquisición en Colombia. Murió el 12 de marzo de 1828.
  43. Dr. Juan Fernández de Sotomayor Picón 1831- 1849. Eclesiástico patriota nacido en Cartagena de Indias, el 2-11-1777, muerto en la misma ciudad, el 19-03-1849. Conocido en la historia de Colombia como el «Cura de Mompós», el más revolucionario de la Costa Atlántica en la época de la Independencia, monseñor Juan Fernández de Sotomayor es el autor del Catecismo o Instrucción popular, que sintetiza la teoría de la independencia de América.
  44. El cura patriota y revolucionario se manifestó en su pensamiento y acción cuando publicó en Cartagena de Indias el Catecismo o Instrucción popular, en 1814. Este catecismo revolucionario, fue perseguido por la Inquisición de Cartagena.
  45. Este eclesiástico cartagenero representa la acción del clero patriota republicano en los orígenes y consolidación de Colombia, con representación política en el Congreso Nacional y eclesiástica en la Arquidiócesis de Bogotá. En 1828 el padre Fernández representó a Cartagena en la Convención de Ocaña y posteriormente en la Convención Granadina de 1832.
  46. El Congreso de la Nueva Granada lo eligió vicario apostólico de Cartagena en 1832; dos años después, en 1834, el Congreso Nacional lo eligió obispo de Cartagena, su ciudad natal. El nombramiento fue confirmado por la Santa Sede en el consistorio del 19 de diciembre de 1834. En la Diócesis de Cartagena de Indias, el obispo Juan Fernández de Sotomayor realizó una importante labor: abrió los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar; realizó sus visitas pastorales en cada una de las parroquias de su jurisdicción; se interesó por la organización de las cofradías parroquiales, por la erección de algunas capillas y por la reparación de los templos. En la misma forma, se preocupó por el fomento de las escuelas primarias, por la construcción de cementerios y por la educación patriótica, democrática, republicana y cívica de las nuevas generaciones granadinas. Gobernó la Diócesis de Cartagena de Indias hasta su muerte. Siempre será recordado por su fecunda obra clerical y patriota.
  47. Dr. Pedro Antonio Torres` 1850 – 1855. Se opuso a la elección popular de curatos, ordenada por el Presidente Tomás Cipriano de Mosquera, por lo cual fue enviado al destierro.
  48. Dr. Bernardino Medina y Moreno 1856 – 1877.Se opuso a las medidas anticlericales de Tomás Cipriano de Mosquera por lo que tres veces tuvo que salir al destierro. realizó visita pastoral en 1857.
  49. Dr. Juan Nepomuceno Rueda 1877 – 1878. Natural de Sogamoso, Boyacá.
  50. Dr. Manuel Cerón 1879 – 1880. Nació en Iza, Boyacá y murió en Turbaco, el 17 de agosto de 1879.
  51. Mons. Eugenio Biffi 1882 – 1896). Nacido en Milán (Italia) el 22 de diciembre de 1829, hijo de Pablo Biffi y Judit Gavirati. Fue ordenado sacerdote por el Seminario de las Misiones Extranjeras de Milán el 21 de mayo de 1853. Estaba practicándose como misionero en Birmania Oriental cuando fue llamado por el mismo Papa a Roma, para dirigir la sede diocesana de Cartagena el 7 de febrero de 1882. Es consagrado en Milán el 19 de febrero y de allí parte al Nuevo Mundo, llegando a Cartagena el 1 de junio de 1882. Es el primer obispo nombrado directamente por el papa desde Fray Rodríguez Basiliano. Murió en Barranquilla el 8 de noviembre de 1896 a los 66 años. En 1904 sus restos fueron trasladados a Cartagena.

Su episcopado fue un periodo de mucha prosperidad apostólica, muchas de las edificaciones que habían sido expropiadas a la Iglesia por parte del gobierno le fueron devueltas, se logró la reapertura del seminario bajo la administración de los Padres Eudistas y las comunidades religiosas como los jesuitas regresaron a la ciudad. Es reconocido como uno de los pastores más emblemáticos de Cartagena por su testimonio de santidad, su compromiso apostólico en la reorganización de la diócesis después de un periodo de persecución por parte de los presidentes radicales, y por el florecimiento de nuevas vocaciones.

En su periodo de gobierno llegaron a Cartagena las Hermanas Franciscanas de María Auxiliadora, cuya fundadora Santa María Bernarda Butler fue reconocida como Santa por la Iglesia Católica y es la patrona de todo el presbiterio de la Arquidiócesis.

En la actualidad el colegio de la comunidad de las Hermanas Franciscanas de María Auxiliadora lleva el nombre de Mons. Eugenio Biffi.