La nueva intención de oración del Papa Francisco, confiada a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa, nos invita a dirigir nuestras oraciones durante el mes de julio hacia la búsqueda de una vida en la que la Eucaristía esté en el centro de nuestras vidas. El Santo Padre nos exhorta a ver la celebración eucarística no como una obligación, sino como un encuentro personal con Jesús resucitado que tiene un poder transformador en nuestras vidas. Una vida que transforma profundamente nuestras relaciones humanas y nos abre al encuentro con Dios y con nuestros hermanos.

En el marco de la Solemnidad del Corpus Christi, celebrada el pasado 11 de junio, el Papa Francisco afirmó que la “Eucaristía es el sacramento del amor por excelencia”. Destacó que la Eucaristía nos llama a darle primacía a Dios y a amar a nuestros hermanos. “Es Cristo mismo quien se ofrece por nosotros y nos pide que hagamos lo mismo, para que nuestra vida se convierta en un pan que alimente a nuestros hermanos”.

El Papa Francisco afirmó que debemos regresar al gusto del pan, porque mientras estamos hambrientos de amor y esperanza, o nos encontramos abatidos por las fatigas y sufrimientos de la vida, Jesús se convierte en el alimento que nos nutre y nos sana.

En agosto de 2015, durante el rezo del Ángelus, el Santo Padre destacó que «el cielo comienza en la Eucaristía». Explicó que la Eucaristía no es una oración privada ni una experiencia espiritual meramente bella, tampoco es una simple conmemoración de lo que Jesús hizo en la Última Cena. La Eucaristía es un «memorial», un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurrección de Jesús: el pan es verdaderamente su Cuerpo ofrecido por nosotros, y el vino es verdaderamente su Sangre derramada por nosotros.

En este mes de julio, unámonos en oración para que la Eucaristía sea el centro de nuestras vidas, transformando nuestras relaciones y abriéndonos al encuentro con Dios y con nuestros hermanos. Que podamos redescubrir el valor y el significado profundo de la Eucaristía, reconociendo en ella el sacramento del amor y el alimento que nos nutre y sana.

Ref: Red Mundial de Oración del Papa

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