Queridos hermanos y hermanas, muy buenos días.

En el inicio de la SEMANA SANTA EN FAMILIA, de este año 2020, los estoy invitando a pensar en los jóvenes de la Arquidiócesis de Cartagena. Son una riqueza increíble, “un tesoro”. Imagínense que el Asesor de ellos en la Arquidiócesis, el Padre Leonel Henao, me comentó hoy, que ya tenemos 247 Comunidades Juveniles en el conjunto de las Parroquias de la Arquidiócesis. Es un dato que nos pone a soñar! Cuando salgamos de la pandemia, serán los responsables de darnos Esperanza liderando los cambios que tendremos que hacer en la Iglesia, en Cartagena y en Colombia. Son la parte más viva de esta Iglesia, cuyo tesoro es que los tiene a ellos y viviendo en pequeñas Comunidades Juveniles, que son el laboratorio de donde se podrán “cranear” mucho de los cambios que nos van a dar una Esperanza cierta.

Por qué hoy, Domingo de Ramos, los invito a poner nuestros ojos en los jóvenes. Hay una motivación importante. Cuando el Papa San Juan Pablo II creó la JMJ (Jornada Mundial de la Juventud), en la última década del siglo pasado, nos decía que el Domingo de Ramos era el día de la Juventud. El relato de los Evangelios que hoy escuchamos en la celebración eucarística nos dice que al llegar Jesús a Jerusalén, “los hijos de los judíos” protagonizaron un recibimiento increíble y proclamaron a Jesús como Señor y como Rey. El relato de los Evangelios nos dice que fue una fiesta. Y que esta fiesta se hizo sentir en todo Jerusalén. No sin inspiración divina, los jóvenes descubrieron que quien llegaba era el Mesías, el Señor, el Rey! Y entonces los jóvenes hicieron todo lo posible para que esta “Buena Noticia” se escuchara por todas partes. Una lectura muy bella y muy cierta del texto del Evangelio. Hoy en todas Iglesias del mundo celebramos la JMJ 2020. Y el Papa Francisco nos ha enviado un bello mensaje para motivarnos a celebrarla.

El mensaje tiene como título: “Joven, a ti te digo, Levántate”. Y está tomado de una relato inolvidable de la vida de Jesús. . Este pasaje nos cuenta cómo Jesús, entrando en la ciudad de Naín, en Galilea, se encontró con un cortejo fúnebre que acompañaba a la sepultura a un joven, hijo único de una madre viuda. Jesús, impresionado por el dolor desgarrador de esa mujer, realizó el milagro de resucitar a su hijo. Pero el milagro llegó después de una secuencia de actitudes y gestos: «Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: “No llores”. Y acercándose al féretro, lo tocó y los que lo llevaban se pararon» (Lc 7,13-14).

Y el Papa Francisco nos invita a detenernos sobre alguno de estos gestos y palabras del Señor. Un lenguaje muy especial el que utiliza Francisco. Los invito a dejarse tocar por algunas frases. «Si has perdido el vigor interior, los sueños, el entusiasmo, la esperanza y la generosidad, ante ti se presenta Jesús como se presentó ante el hijo muerto de la viuda, y con toda su potencia de Resucitado el Señor te exhorta: “Joven, a ti te digo, ¡levántate!” (cf. Lc 7,14)» (Papa Francisco, Mensaje a los jóvenes, No. 4).

“Pienso en tantas situaciones negativas vividas por muchos jóvenes. Hay quien, por ejemplo, se juega todo en el hoy, poniendo en peligro su propia vida con experiencias extremas. Otros jóvenes, en cambio, están “muertos” porque han perdido la esperanza. Escuché decir a una joven: “Entre mis amigos veo que se ha perdido el empuje para arriesgar, el valor para levantarse”. Por desgracia, también entre los jóvenes se difunde la depresión, que en algunos casos puede llevar incluso a la tentación de quitarse la vida. Cuántas situaciones en las que reina la apatía, en las que caemos en el abismo de la angustia y del remordimiento. Cuántos jóvenes lloran sin que nadie escuche el grito de su alma. A su alrededor hay tantas veces miradas distraídas, indiferentes, de quienes quizás disfrutan su propia happy hour (“hora feliz”) manteniéndose a distancia”. (Papa Francisco, Mensaje a los jóvenes, No. 9)

“En muchas ocasiones los jóvenes demuestran que saben con-padecer. Es suficiente ver cuántos de ustedes se entregan con generosidad cuando las circunstancias lo exigen. No hay desastre, terremoto, aluvión que no vea ejércitos de jóvenes voluntarios disponibles para echar una mano. También la gran movilización de jóvenes que quieren defender la creación, testimonia su capacidad para oír el grito de la tierra”. (Papa Francisco, Mensaje a los jóvenes, No. 14)

“Queridos jóvenes: No se dejen robar esa sensibilidad. Que siempre puedan escuchar el gemido de quien sufre; déjense conmover por aquellos que lloran y mueren en el mundo actual. «Ciertas realidades de la vida solamente se ven con los ojos limpios por las lágrimas» (Christus vivit, 76). Si saben llorar con quien llora, serán verdaderamente felices. Muchos de sus compañeros de caminocarecen de oportunidades, sufren violencia, persecución. Que sus heridas se conviertan en las suyas, y serán portadores de esperanza para este mundo. Podrán decir al hermano, a la hermana: “Levántate, no estás solo”, y hacer experimentar que Dios Padre nos ama y que Jesús es su mano tendida para levantarnos.” (Papa Francisco, Mensaje a los jóvenes, No.15)

«Si, también ustedes, jóvenes pueden acercarse a las realidades de dolor y de muerte que encuentran, pueden tocarlas y generar vida como Jesús. Esto es posible, gracias al Espíritu Santo, si ustedes antes han sido tocados por su amor, si su corazón ha sido enternecido por la experiencia de su bondad hacia ustedes. Entonces, si sienten dentro la conmovedora ternura de Dios por cada criatura viviente, especialmente por el hermano hambriento, sediento, enfermo, desnudo, encarcelado, entonces podrán acercarse como Él, tocar como Él, y transmitir su vida a sus amigos que están muertos por dentro, que sufren o han perdido la fe y la esperanza.” (Papa Francisco, Mensaje a los jóvenes, No. 18)

En fin, adjunto a este Mensaje les estoy enviando, el Mensaje Completo del Papa Francisco. Una lectura detenida, en este día en que celebramos la JMJ 2020, nos puede llenar de mucho ánimo y de mucha energía. Y no interesa que en el lenguaje de nuestra sociedad ya no pertenezcan al “rango de edad” de los jóvenes. Considérate con un alma joven. El mensaje es para todos. Léelo y te vas a sentir tocado.

De una manera especial invito a todos los sacerdotes a que lean con detenimiento este Mensaje. Les ayudará a motivarse para acompañar a tantos y tantos jóvenes, que necesitan de su apoyo. No los podemos dejar solos. Hay que apoyarlos con nuestra compañía. Y hay que abrirles campo tanto en la Iglesia como en la sociedad. No olviden: “ellos serán los responsables de darnos Esperanza liderando los cambios que tendremos que hacer en la Iglesia, en Cartagena y en Colombia.”

Queridos Jóvenes y queridas Comunidades Juveniles: Para todo esto péguense de Jesús. Y crean totalmente en Él. Que nada los distraiga. Y no se dejen robar ni la esperanza,ni la alegría, ni mucho menos la fe en El. Cuidado con el miedo porque paraliza. Y siempre recuerden que Jesús está con cada joven de la Arquidiócesis de Cartagena, porque cuenta con ustedes para hacer un mundo nuevo. Es el momento para dar razón de nuestra Esperanza. De estos “tiempos difíciles” los que más van a ganar son los jóvenes porque van a salir fortalecidos.

Una última sugerencia. Adjunto con este Mensaje, también va un anexo, que tiene un bellísimo “Itinerario Juvenil JMJ virtual”. Es una especie de viacrucis. Y tiene una diagramación muy sugestiva. No los invito solamente a que lo lea, ni que lo vean de pasada. Lo puedes utilizar en varios momentos de esta SEMANA SANTA EN FAMILIA. Y te va a ayudar; tiene como trasfondo el Mensaje del Papa Francisco a los jóvenes, del cual les he hablado en este escrito.

Los recuerdo a todos con mucho cariño. Y ¡ánimo! Vamos a salir del encierro y vamos a salir fortalecidos. Oro por ustedes y les pido que oren por mí.

Su obispo, +Jorge Enrique Jiménez Carvajal. Arzobispo de Cartagena.