Columnas de opinión publicada en El Universal, Cartagena

Por: Padre Rafael Castillo Torres: Párroco de Santo Domingo de Guzmán, Vicario de Pastoral, Director PDP Canal del Dique y Zona Costera, Responsable Arquidiocesano del Apostolado de la gente del Mar, Miembro del Colegio de Consultores, del Consejo Presbiteral y de la Comisión Arquidiocesana de Pastoral y Responsable del Rostro Solidario.

 


Educar para la paz

24 de Julio de 2016

Frente al desafió de promover una cultura de paz, necesariamente se deben dar cambios en lo personal, lo relacional y lo estructural. Cambios que serán posibles si la apuesta educativa contribuye a que cambien quienes pueden hacer cambiar las cosas. Lastimosamente, uno de nuestros mayores problemas es la crisis de la relación educativa. En principio los padres han de cuidar sus hijos y los maestros han de construir el conocimiento en el aula con sus alumnos. Entristece ver cómo algunos hogares y algunas escuelas han perdido “el espíritu de la educación”.

Hace veintidós años, con Gabo a la cabeza, la Comisión de Sabios nos dijo que “una sociedad que no sabe educar a sus nuevas generaciones, no logrará ser profundamente humana así sea la primera en avances tecnológicos y no le falten sus logros económicos”. Para el crecimiento humano que favorece una cultura de paz, nuestros maestros son más importantes que Santos y Uribe, que el DNP y que el ministro de Hacienda.

Se educa para la paz cuando nos acercarnos al niño y al joven con respeto y amor, para ayudarle a que se despliegue en él una vida verdaderamente humana. Una educación para la paz estará siempre al servicio de la vida. Por eso el educador es quien sabe despertar toda la riqueza y las posibilidades en el niño y en el joven. El que sabe estimular y hacer crecer en ellos, no sólo sus aptitudes físicas y mentales, sino lo mejor de su mundo interior y el sentido gozoso y responsable de la vida.

Alegra saber que tenemos instituciones educativas que garantizan el derecho que niños y jóvenes tienen a una vida interior y a una reflexión personal. Igualmente entristece ver una institución educativa que ahoga “el gusto por la vida”, porque sus profesores se limitan a dar, de manera disciplinada, las materias que a cada uno le asignaron (asignaturas). Es una tragedia perder “el espíritu de la educación”.

Por otra parte, la verdad no sólo la exige la paz, sino también la relación educativa. Se equivocan los educadores que para ganar respeto y admiración se presentan como dioses ante sus alumnos. Ellos necesitan personas sencillas, cercanas y profundamente buenas. El verdadero educador respeta al niño y al joven… jamás los humilla.

Quienes nos acercamos al sexto piso recordamos nuestra cartilla y libro primero: “Alegría de leer”. ¿Cuál era su secreto? Crear un clima de alegría en esa relación educativa, por ser la alegría el principal estimulo del acto educativo. Si algo estimula la inteligencia es la alegría. El deseo de la paz va de la mano con la alegría de alcanzarla. ¿Tendrán, nuestros niños y jóvenes la suerte de encontrarse con verdaderos educadores y educadoras que les trasmitan la alegría de la paz? Yo creo que sí.


Comenzó desmonte de los restos de la Virgen en la Bahía de Cartagena

imagen_virgen4Durante los diez días próximos se realizará el desmonte de los restos que quedaron de la esculturade la Virgen en la Bahía de Cartagena. Así lo confirmó monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo de Cartagena, quien aseguró que las acciones se hacen conforme al plan de reparación. “Es algo necesario y que se debe hacer con tiempo porque la reparación de la base también demanda de cuidados y debe estar lista para cuando se vaya instalar nuevamente la representación de la Virgen del Monte Carmelo”, explicó el obispo. La base sobre la que estuvo puesta la escultura desde el año 1958… Leer más