Este jueves 20 de julio, Colombia conmemora un acto significativo en su historia: el día en que logró su independencia de España. En esta ocasión, la Iglesia Católica, y nuestra iglesia de
Cartagena, consciente de los desafíos que enfrenta el país, hace un llamado a todos los ciudadanos a unirse en oración por un mejor futuro en torno a la paz y la reconciliación.

La Independencia de Colombia, un proceso largo y arduo que culminó el 20 de julio de 1810, marcó el inicio de un camino hacia la libertad y la autodeterminación. Sin embargo, a lo largo de los años, el país ha enfrentado diversos desafíos que han obstaculizado su desarrollo pleno y la consolidación de una paz duradera.

La Iglesia Católica, consciente de su rol como guía espiritual y moral en la sociedad colombiana, ha decidido tomar la iniciativa en esta celebración patriótica. En lugar de simplemente conmemorar el pasado, ha enfocado su mensaje en el presente y en el futuro de Colombia.

La paz y la reconciliación son temas cruciales en la historia reciente de nuestro país, el cual ha atravesado décadas de conflicto armado interno que han dejado heridas profundas en la sociedad. Aunque se han dado pasos significativos hacia la paz, la Iglesia reconoce que aún hay mucho por hacer para sanar las divisiones y construir un futuro en el que todos los colombianos puedan vivir en armonía.

Este momento, es preciso para hacer un fuerte llamado a trabajar conjuntamente por la tan anhelada paz de nuestros territorios, recordando que la paz y la reconciliación no son tareas exclusivas del gobierno o de los líderes políticos, ni mucho menos de la iglesia y sus líderes religiosos,  sino un compromiso que cada individuo debe asumir. A través de la oración y la reflexión, y abogando por la justicia social se busca fortalecer los lazos comunitarios, promover el perdón y la comprensión mutua, y buscar soluciones pacíficas a los conflictos.

A medida que Colombia celebra su independencia, es importante recordar que el verdadero progreso de una nación no solo se mide por su crecimiento económico o sus logros políticos, sino también por la calidad de vida y la convivencia pacífica de sus ciudadanos. Nuestra iglesia arquidiocesana y en general la iglesia católica colombiana, al convocar a la oración por un mejor país en torno a la paz y la reconciliación, nos recuerda que todos tenemos un papel que desempeñar en la construcción de un futuro más esperanzador y pacífico para las futuras generaciones.