Las obras de misericordia espirituales y corporales son el modo concreto de vivir la misericordia
¿Cuáles son las obras de misericordia espirituales y corporales? El Papa Francisco dio respuesta a esta cuestión en la catequesis de la Audiencia General del miércoles, 12 de octubre de 2016, y aseguró que “no basta con tener experiencia de la misericordia de Dios en la propia vida”, sino que se necesita “que quien la recibe se transforme en signo e instrumento para los demás”.
“Estas obras de misericordia son los rasgos del rostro de Jesucristo que toma cuidado de sus hermanos más pequeños para llevar a cada uno la ternura y la cercanía de Dios”, dijo el Santo Padre.
Francisco aseguró que para ser instrumentos de misericordia no se necesitan “grandes esfuerzos o gestos sobrehumanos”. “El Señor nos indica un camino muy sencillo, hecho de pequeños gestos que tienen un gran valor, a tal punto que se nos ha dicho que sobre ellos seremos juzgados”.
“Jesús dice que cada vez que demos de comer a quien tiene hambre y de beber a quien tiene sed, que vistamos a un enfermo o a un encarcelado, se lo hacemos a Él” y “la Iglesia ha llamado a estos gestos ‘obras de misericordia corporal’, porque socorren a las personas en sus necesidades materiales”, explicó el Papa.
Por otro lado, también están las obras de misericordia “espirituales”, que “hacen referencia a las otras exigencias igualmente importantes, sobre todo de hoy, porque tocan lo íntimo de las personas y a menudo hacen sufrir más”.
El Santo Padre recordó el dicho “soportar pacientemente a las personas molestas”, algo que “podría parecer poco importante, que nos hace sonreír, pero que contiene un sentimiento de profunda caridad”. “Y así las otras seis, que está bien recordar. Aconsejar a los dudosos, enseñar a los ignorantes, advertir a los pecadores, consolar a los afligidos, perdonar las ofensas, orar a Dios por los vivos y los muertos”.
Francisco anunció entonces que las próximos días “nos detendremos sobre estas obras, que la Iglesia nos presenta como el modo concreto de vivir la misericordia”.
Recordó además que la Iglesia posee “un amor preferencial por los más débiles”. “A menudo son las personas más cercanas a nosotros las que tienen necesidad de nuestra ayuda”.
El Papa manifestó que a veces es mejor “iniciar los proyectos más sencillos, que el Señor nos indica como los más urgentes” y afirmó que ante el “virus de la indiferencia el mejor antídoto son las obras de misericordia”. “Las obras de misericordia despiertan en nosotros la exigencia y la capacidad de hacer viva y activa la fe con la caridad”, añadió.
Por último, el Obispo de Roma se mostró convencido de que “a través de estos sencillos gestos diarios podemos realizar una verdadera revolución cultural, como se hizo en el pasado”.
En este sentido, puso de ejemplo a la Madre Teresa de Calcuta, recién canonizada, a la que se recuerda por “tantas casas que ha abierto en el mundo, porque se inclinaba sobre cada persona que encontraba en medio de la calle para restituirle la dignidad”.
“¡Cuántos niños abandonados ha estrechado entre sus brazos; cuántos moribundos ha acompañado en el umbral de la eternidad tendiéndoles la mano!, exclamó.
Deja una respuesta