(J. Bastante).- Tras casi un milenio de separación, el Obispo de Roma y el Patriarca Ortodoxo Ruso se verán las caras este viernes. El escenario, casualidad o providencia, no es otro que el aeropuerto«José Martí» de La Habana, adonde el vuelo papal llegará a las ocho de la tarde (hora española). Un cuarto de hora después, se producirá el tan ansiado abrazo entre Kirill y Francisco.

Según acaba de confirmar la Santa Sede en un comunicado, el «encuentro privado»entre los líderes de la Iglesia católica y la Ortodoxa rusa se proolongará por espacio dedos horas y cuarto. El traductor del mismo será el sacerdote lituano Visvaldas Kulbokas, quien ya ejerciera de intérprete en la reunión que sostuvieron en el Vaticano el Papa y Vladimir Putin.

En la reunión, ambos líderes hablarán previsiblemente de la persecución de los cristianos en Oriente Medio y el Norte de África, de la paz en esa región y especialmente en Siria, donde los bombardeos rusos han sido apoyados por Kiril pero no por Bergoglio. La situación en Ucrania y el papel de las religiones frente al terrorismo serán otros de los puntos clave, sin olvidar la común defensa de la vida y el trabajo, que espera dar sus frutos, por la unidad entre todos los seguidores de Jesús.

Tras la misma, a las diez y media, y con la presencia del presidente cubano, Raúl Castro, está prevista la firma de una Declaración Común, que puede marcar la «hoja de ruta» de las futuras relaciones entre ambas confesiones cristianas. A las 23,10 horas, Kirill y Francisco se despedirán (el patriarca se encuentra de visita en La Habana), y a las 23,30 Bergoglio saldrá en vuelo hacia México, adonde se espera aterrice a la una y media de la madrugada, hora española.