Con el advenimiento de cada 9 de septiembre, pasan por la memoria de los cartageneros devotos de San Pedro Claver, las imágenes de la férrea lucha que emprendió este insigne varón por la auténtica igualdad entre los hombres, razón por la que sin duda, en el seno del Catolicismo, se le considera como un adalid de los derechos humanos y del ciudadano. Su celebración, que como en todos los años se realiza en los exteriores de la parroquia que ostenta su nombre, fue un emotivo encuentro que tuvo como cabeza visible al superior local de los Jesuitas; el presbítero Jorge Camacho, quien además estuvo acompañado por dos representantes del clero Arquidiócesano, a saber, los padres: Rafael Castillo; representante del Rostro solidario, y Yamil Martínez; encargado de la pastoral de medios de comunicación social.

El homenaje se destacó por su puntualidad  y orden aunque inició un poco tarde de lo previsto por la posesión del nuevo comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena en la plaza de la aduana, también se resalta la declaración de sentidos mensajes de paz a través de la música, la danza folklórica, el teatro, el canto, y por supuesto, la predicación sacerdotal que implementó como símbolo a la Parábola del Sembrador y que fijó el compromiso de todo agricultor, es decir, el de todos los seres humanos, de preparar la tierra, sembrar, regar, abonar, vigilar y agradecer por la cosecha. Todo lo anterior, como un llamado urgente de Dios a hacer parte del plan de exteriorizar un corazón pacífico y, en efecto, pacificar el del prójimo. Cabe destacar que los mencionados actos fueron el punto perfecto para promover la edición 27 de la semana por la paz que coordina la Iglesia Católica a nivel nacional.

Al finalizar la procesión, la ceremonia eucarística fue presidida por Monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, Arzobispo de la Ciudad de Cartagena, quien estuvo acompañado por algunos sacerdotes de la zona uno de pastoral, diáconos y otros presbíteros de la comunidad de los Jesuitas. En la homilía, nuestro pastor resaltó no solo la labor del Santo Claver, sino también el compromiso que tiene cada ciudadano de activar su vida para dar la mano a los que viven en nuevas esclavitudes y a tantos pobres de la ciudad. En esta parte, resaltó la labor de las Hermanas Misioneras de la parroquia de Santa Rita, quienes trabajan de la mano de los Jesuitas en dicha comunidad, y en otras tantas de esta ciudad.

Por Rodrigo Rondón Rojas

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