• En un evento conmemorativo en el atrio de los gentiles, la Arquidiócesis de Cartagena y organizaciones de la sociedad civil de Cartagena se unieron para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
  • Mujeres víctimas del conflicto y violencia intrafamiliar compartieron testimonios de resiliencia y empoderamiento.
  • El evento hizo un llamado de justicia por el reciente asesinato de la docente Beatriz Suárez en la ciudad.

Cartagena de Indias, 27 de noviembre de 2025. – Bajo la consigna «Vivir sin miedo es un derecho», Cartagena se convirtió este miércoles en el epicentro de un clamor de toda Colombia. En un acto realizado el 26 de noviembre en el atrio de los gentiles del Santuario San Pedro Claver, zona de diálogos de paz y escucha, la Iglesia y la sociedad civil ratificaron un pacto de unidad para enfrentar el flagelo de la violencia de género, exigiendo que no haya ni una víctima más en el país, ni en Cartagena.
El evento se convirtió en un espacio de denuncia y memoria, en cuyo centro estuvo el dolor colectivo de la ciudad tras el asesinato de la profesora Beatriz Suárez el pasado 25 de noviembre.

Memoria, historia y justicia
La jornada inició con una oración ecuménica, donde representantes de distintas denominaciones religiosas elevaron una plegaria conjunta por la restauración de derechos de quienes sufren abuso y vulnerabilidad. Acto seguido, se realizó una reseña histórica en honor a las hermanas Mirabal (“Las Mariposas”), recordando el origen de esta conmemoración y su vigencia en la lucha actual.
El momento central del encuentro fue el espacio de escucha, protagonizado por mujeres que han logrado romper el ciclo de la violencia.
• Gladys, sobreviviente de violencia desde temprana edad, compartió su proceso: “Por mucho tiempo estuve en silencio, por miedo y por vergüenza, pero ahora me siento con más fuerza. Soy una mujer empoderada”. Hoy, Gladys lidera procesos para dar voz a quienes aún callan.
• Agripina Perea, desplazada por la violencia, conmovió a los asistentes con su determinación: “Yo nací para transformar vidas y para ser grande”, afirmó, demostrando cómo ha transformado el dolor del desplazamiento en un motor de liderazgo social.

El arte como grito de resistencia
El grupo cultural “Zambo Teatro” presentó una impactante puesta en escena que retrató la cruda realidad del abuso físico y psicológico. La obra culminó con un homenaje a cinco víctimas reales de feminicidio, poniendo el foco en el caso de la profesora Beatriz Suárez, cuyo crimen ha generado gran indignación y rechazo en la ciudad y la región.
En un gesto de respaldo, los hombres presentes leyeron un manifiesto público. En él, rechazaron los estereotipos machistas y se comprometieron a ser guardianes de la vida y la dignidad de las mujeres en todos los entornos, reconociendo que la erradicación de la violencia es una responsabilidad compartida.
Este acto conmemorativo refuerza un gran mensaje desde Cartagena a toda Colombia: la violencia contra la mujer no es un problema aislado ni una cifra sin rostro; es una emergencia que requiere la acción unificada de todos los sectores de la sociedad.