Itinerario «De Jesús Servidor a la Iglesia Servidora» (2020-2021)

2020 – “Según el don recibido, sirvan a los demás” (1cor 12,7)
2021 – “Renueva el Don que hay en ti”


PRESENTACIÓN TERCERA ETAPA

LANZAMIENTO EN VIVO DE LA TERCERA ETAPA

PRESENTACIÓN SEGUNDA ETAPA

LANZAMIENTO EN VIVO DE LA SEGUNDA ETAPA

1. Itinerario 2020

“Según el don recibido, sirvan a los demás” (1 cor 12,7)

Objetivo: Presentar la propuesta de Jesús como modelo de vida que inspira la vida de la Iglesia, desde la experiencia de las primeras comunidades, que tienen en Pablo un modo de ser discípulo de cristo y servidor del reino.

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PORTADA


PRESENTACIÓN.

La imagen de Jesús Servidor, la encontramos en muchas páginas del Evangelio. El servicio identifica totalmente al Jesús, es su misión, a su vez, los que lo seguimos tenemos que identificarnos como servidores. Y la Iglesia que Él ha fundado, se identifica también por el servicio, siempre tiene que ser una “Iglesia Servidora”. Entre los seguidores de Jesús todo ha de ser diferente: el que quiera ser grande, sea su servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. La grandeza no se mide por el poder que se tiene, el rango que se ocupa o los títulos que sustenta. Quién ambiciona estas cosas en la Iglesia de Jesús, no se hace más grande, sino más insignificante y ridículo. En realidad, es un estorbo para promover el estilo de vida querido por Jesús. Le falta un rasgo básico para ser servidor de Jesús: Servir.

En la Iglesia, todos hemos de ser servidores. Nos hemos de colocar en la comunidad cristiana no desde arriba, desde la superioridad, el poder o el protagonismo interesado, sino desde abajo, desde la disponibilidad, el servicio y la ayuda a los demás. Nuestro ejemplo es Jesús. No vivió nunca “para ser servido, sino para servir”. Este es el mejor y más admirable resumen de lo que fue su vida.

Este bienio “De Jesús Servidor a la Iglesia Servidora”, que estamos iniciando y que nos acompañara durante los años 2020 – 2021 tienen un solo objetivo: mirar a Jesús como un servidor, descubrirlo como tal en la inmensa gran mayoría de sus actividades, seguirlo, tratar de imitarlo.

En la medida en que vayamos avanzando, en los dos Itinerarios de este bienio, aprenderemos, a partir principalmente del testimonio de Jesús, que entre nosotros, en nuestra Iglesia, no ha de existir la jerarquía de poder que se da en el mundo. Nadie está por encima de los demás. No hay amos ni dueños. La parroquia no es del párroco. La Iglesia no es de los obispos y cardenales. El pueblo no es de los teólogos. El que quiera ser grande, que se ponga a servir a todos.

Paso a paso en este bienio, vamos a encontrar en Jesús el verdadero modelo a seguir. No gobierna, no impone, no domina ni controla. No ambiciona ningún poder. No se arroga títulos honoríficos. No busca su propio interés. Lo suyo es servir y dar la vida, por eso es el primero y el más grande.

En nuestra Arquidiócesis de Cartagena, en nuestras Zonas de Pastoral, en nuestras Parroquias, en nuestras Pequeñas Comunidades Eclesiales, en las Familias Católicas, tenemos que estar dispuestos a gastar nuestras vidas por el Proyecto de Jesús, no por otros intereses. Creyentes sin ambiciones personales, que trabajemos de manera callada por un mundo más humano y una Iglesia más evangélica. Seguidores de Jesús que se impongan por la calidad de su vida de servicio.

Podemos decir que, lo que ambicionamos en este bienio es auténticamente hacer realidad el Proyecto de Jesús. Todos los que ejercemos un ministerio en la Iglesia, sean ordenados como somos los Obispos, los Sacerdotes y los Diáconos, como los Ministros Laicos Instituidos para prestar los diversos servicios en nuestras comunidades, podremos ajustar nuestra identidad con la persona de Jesús en cada uno de los encuentros de este bienio, comenzado por esta primera etapa del Itinerario “Según el don recibido, sirvan a los demás” (1cor 12,7).

Doy gracias a los centenares de Discípulos Misioneros que, en nuestra Iglesia Arquidiocesana, trabajan para que logremos esta identidad que Jesús nos enseñó, pero, sobre todo, de la cual Él dio testimonio en todos los momentos de su vida en medio de nosotros. Que el Señor Jesús guie los pasos misioneros de todos nosotros. Con alegría, entreguemos nuestro tiempo y nuestro entusiasmo a esta propuesta del Itinerario que estamos iniciando. No olvidemos que María camina con nosotros en la misma actitud.

Siempre los recuerdo con cariño y bendigo sus pasos misioneros.

+Jorge Enrique Jiménez Carvajal, Arzobispo de Cartagena

PRESENTACIÓN SEGUNDA ETAPA