Con la mirada hacia los 500 años: Cartagena conmemora 491 años de su Iglesia diocesana

  • La Iglesia particular de Cartagena cumple 491 años de su fundación y se prepara para sus 500 años de evangelización en la ciudad.
  • En este Año Jubilar, muestra el rostro esperanzador de Cristo en medio del pueblo santo.

Es 24 de abril no es una fecha más en la Iglesia de Cartagena. Hace 491 años, el Papa Clemente VII erigió la diócesis de Cartagena, siendo la tercera diócesis más antigua de América del Sur. Tan solo un año antes, había sido constituida la ciudad de Cartagena.
Este caminar de 491 años ha sido un proceso transformador en todos los sentidos. Crecer con la ciudad ha significado ser partícipes de sus ires y venires, acompañando de cerca el contexto social y político que acontece en cada una de sus épocas.
Pese a formarse en un tiempo de conquista, encuentros y desencuentros, la diócesis de Cartagena fue capaz de verse inmersa en la cultura para sembrar la semilla del Evangelio.

La Catedral fue escenario del acto central por los 491 años de la diócesis
Esta ocasión se celebró a través de una Eucaristía en la Catedral Santa Catalina de Alejandría presidida por el arzobispo de Cartagena, Monseñor Francisco Javier Múnera Correa, donde los fieles acudieron para dar gracias a Dios por este caminar.
En su homilía, Monseñor Múnera comentó que debemos “sentirnos agradecidos con el pasado, con su luz y su sombra, confiados en el presente y esperanzados en el futuro que Dios nos va preparando”.

Así mismo, destacó a los grandes santos de la ciudad: San Luis Beltrán, San Pedro Claver y Santa María Bernarda, haciendo el llamado a ser testigos de la vida nueva y de la comunión. De igual manera, dio motivos para agradecer por la rica herencia de la Iglesia particular, resaltando la labor de sacerdotes, religiosas, diáconos y laicos; de los pueblos indígenas y afro, y de todos los que han pasado por esta tierra desde sus inicios.

La celebración se extenderá durante la tarde de este jueves, en cada una de las parroquias de la Arquidiócesis de Cartagena, las cuales tendrán adoración al Santísimo y Eucaristías en favor de esta intención.

Caminando en sinodalidad
En este momento tan insigne para la historia, estando en el Año Santo de la Esperanza, la Iglesia se alegra de ser una casa de puertas abierta que recibe a todos, todos, todos, como lo insistía el Papa Francisco.
“La vocación de la Iglesia es caminar juntos en la esperanza, esto es sinodalmente”, resalta Monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena.
A pesar de los momentos de adversidad, la Iglesia se ha mantenido como un faro de esperanza en medio de la tribulación, acogiendo a todos los fieles como una madre a sus hijos.

Siendo la evangelización la razón de existir de la Iglesia, como lo decía Pablo VI, hay 4 aspectos que han marcado la historia en este caminar juntos a lo largo de estos años: la Fe, la Evangelización, la Cultura y la Promoción Humana.
Como signos de unidad, estos 4 pilares han sostenido, y siguen sosteniendo, la realidad de la Iglesia particular, que no desconoce su contexto social, sino que se adentra en este para ser testigo de la Buena Noticia de Jesucristo.

Con la mirada puesta en los 500 años
Con motivo de la gran celebración de los 500 años, la Arquidiócesis de Cartagena hace memoria agradecida y se proyecta a través de un novenario que recoge los 9 rostros del Plan Arquidiocesano de Pastoral; que es la hoja de ruta que anima el modo de ser Iglesia.

Para este año 2025, el turno lo tiene el Rostro Discípulo, el cual promueve la formación cristiana de todos, viviendo con alegría la experiencia del encuentro con Cristo en cada dimensión de la vida. Este rostro se encarga de dinamizar todas las realidades que comprenden la formación de los fieles laicos, de manera que puedan conocer la vida eclesial para establecer sentido de pertenencia por su Iglesia.

“Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”, expresó el Papa Francisco en la encíclica Evangelii Gaudium; por esa razón toda la Iglesia de Cartagena se alegra por estos 491 años de gracia y de misericordia divina, sabiéndose privilegiada por caminar de la mano de santos que han sido testigos del amor de Dios: Santa María Bernarda, San Pedro Claver y San Luis Beltrán; quienes, con su entrega y vocación, han sembrado con generosidad la semilla del Evangelio en nuestra tierra.