• La Pontificia Universidad Javeriana fue el espacio que reunió a 1.800 misioneros.
  • El congreso celebró sus 100 años de presencia en el país.

“Recojamos la cosecha y comprometámonos a llevar semillas para sembrarlas en el corazón de nuestras familias, de nuestras parroquias, de nuestras diócesis, para que renazca con fuerza el ardor misionero”. Estas fueron las palabras de Monseñor Francisco Javier Múnera Correa, presidente de la Conferencia Episcopal, durante la Eucaristía de envío del Congreso Nacional Misionero.

El pasado 7 de julio los misioneros fueron enviados a sus comunidades tras vivir un fin de semana lleno de reflexión y animación sobre cómo vivir la misión ad gentes en cada una de sus realidades.

Para esta ocasión el lema fue “En la Iglesia misionera, ¡Colombia de primera!”, aludiendo a las diversas situaciones que atraviesa el país y de qué manera se crean nuevas estrategias de evangelización para Colombia y para el mundo entero.

Además de vivir una jornada de renovación de fe, el congreso estuvo marcado por un ambiente festivo porque celebró sus 100 años de presencia en el país. Por ello, se contó con la visita del Nuncio Apostólico para Colombia, Monseñor Paolo Rudelli, y del cardenal Luis Antonio Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización; quien hizo énfasis en que “el discipulado misionero implica ir con Jesús, permanecer con Jesús e ir a otras y otros para compartir a Jesús”.

El congreso reunió a 1.800 personas entre obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y laicos; quienes se reunieron a una fiesta en torno a la misión, y renovaron su sí a ese primer llamado de “ir por todo el mundo y proclamar la Buena Nueva a toda la creación”. (Mc 16,15)