• La sinodalidad y las nuevas reformas de la acción pastoral fueron los temas principales en esta segunda jornada.
• Los participantes contemplaron una Iglesia viva que tiene como centro a Cristo resucitado.

Cartagena de Indias, D.T. y C., noviembre 14 de 2025 El segundo día de la Asamblea Arquidiocesana estuvo lleno de momentos de formación y esperanza. Temas como las crisis de nuestro tiempo y el porvenir de la Iglesia, iluminaron el caminar de los participantes a través de una experiencia de escucha sinodal, discernimiento y comunión. Frente a los desafíos que atraviesa el país y particularmente los territorios de Bolívar y la ciudad heroica, los delegados acogieron una certeza: volver al origen, a Cristo y a la misión, como la respuesta que la Iglesia está llamada a ofrecer hoy.

Tejer vínculos de lo cotidiano
La reflexión de la primera jornada fue iluminada por la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, colombiana, religiosa y participante de las sesiones plenarias del Sínodo de la Sinodalidad en Roma, quien compartió su experiencia al servicio de la Iglesia universal.
La religiosa enfatizó que la verdadera revolución de este tiempo es apostar por la paz, construir reconciliación a partir del encuentro fraterno y trabajar por sanar el tejido social tan golpeado en nuestro territorio.
“Lo nuestro es el camino”, afirmó, al hacer memoria del carácter peregrino de la Iglesia. Recordó que la sinodalidad no es un eslogan, sino una manera de ser discípulos que camina con todos, especialmente con quienes más sufren. “El Espíritu no tolera la uniformidad”, insistió, invitando a custodiar la diversidad y vivir la comunión como don y tarea.

Una Iglesia más fiel
Desde la realidad local, se invitó a mirar la ciudad con esperanza evangélica, incluso cuando los indicadores sociales y mediáticos muestran cifras dolorosas. La hermana Gloria Liliana animó a desaprender formas anti-evangélicas como la rigidez, la verticalidad, el autoritarismo y la manipulación. Recordó, además, que el Papa Francisco, un día antes de culminar el Sínodo, publicó la encíclica Dilexit Nos, un reflejo de la salida misionera que toca todas las vocaciones en la “sinfonicidad” del Espíritu; un término que se ha acuñado para expresar la cohesión de los diferentes miembros de una sociedad para llegar a un bien común.

Escuchar como acto de resistencia
Un tema que se puso sobre la mesa, a apropósito de la “sinfonicidad” , fue la manera cómo la sociedad de consumo y de descarte opaca la multiplicidad de voces y de rostros, y la Iglesia, como eje de comunidad de comunidades debe responder a ello a través del reconocimiento del otro en su condición de hermano .
Así, como parte del proyecto de conversión eclesial, se hizo un llamado a mirar a los niños y jóvenes como actores importantes en la corresponsabilidad de la Iglesia para superar los desafíos que supone la sociedad.
En este sentido, la asamblea tuvo un momento de escucha sinodal en grupos pequeños, donde se pudo programar el año pastoral 2026 a partir de las diferentes realidades que comprende cada zona de la Arquidiócesis.
Este segundo día dejó grandes avances en la construcción de una Iglesia viva, que tiene como centro a Cristo resucitado, y que se pone en marcha para responder con alegría y coherencia a los retos que desafían la fe, convocando a unirse en la misión, peregrinando con esperanza.