Nuestra Iglesia arquidiocesana, el pasado sábado 18 de mayo, en el marco del fin de semana de Pentecostés, recibió, además del gozo de los dones espirituales, la admisión de un seminarista como candidato a las Ordenes sagradas del Diaconado y Presbiterado, la institución de tres seminaristas en el ministerio del Lectorado y otro más en el ministerio del Acolitado.

La ceremonia, realizada desde las 9:00 de la mañana en la Capilla Cristo Evangelizador del Seminario Provincial San Carlos Borromeo, estuvo presidida por Monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal.

Estos ministerios son entregados a los seminaristas en su proceso de discernimiento y preparación al sacerdocio, con los cuales se van comprometiendo más en su formación y configuración con Cristo Sacerdote.

Actualmente, en nuestra Arquidiócesis los ministerios son entregados a los jóvenes estudiantes de teología en el siguiente orden: Admisión como Candidato a las ordenes sagradas, institución como ministro Lector, institución como ministro Acólito, Ordenación Diaconal y, finalmente, Ordenación Presbiteral.

Sin duda alguna, el marco no pudo ser mejor: la víspera de la Fiesta de Pentecostés. De esa manera, el Espíritu Santo que regala sus dones, carismas y ministerios, regaló también a nuestra Iglesia el compromiso de unos jóvenes dispuestos a entregar sus vidas en el sacerdocio para la edificación del Cuerpo de Cristo, porque “a cada uno se le da una manifestación del Espíritu Santo para el bien común” (1 Co 12, 7).

El compromiso nuestro como Pueblo Santo de Dios es acompañar con la oración a todos los jóvenes que han sido llamados por el Señor a servirle desde el ministerio sacerdotal, pidiendo para ellos el auxilio del Espíritu Santo que se derramó con sus dones en Pentecostés e impulsó a los Apóstoles a la Evangelización del mundo entero.

Por Caled David Torres Puello

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