Querido Dios:

Te entrego mi corazón y el de todas las niñas y adolescentes del mundo.

Se tú, cuidando de nosotras

y regalándonos las gracias que necesitamos día a día, para apostarle a

nuestro proyecto de vida con metas y objetivos claros acorde a nuestra edad.

Haz Señor que seamos niñas y adolescentes sanas, seguras, felices, con visión de futuro,

con los derechos garantizados y responsables en el ejercicio de nuestros deberes.

Señor, que los lugares por donde transitamos estén libres de todo peligro,

que corramos tranquilas por nuestras calles, barrios y ciudades,

sin miedos ni zozobras a ser vulneradas,

porque Tú y nuestros hermanos y hermanas caminan con nosotras.

Ayúdanos a fortalecernos en los valores humano-cristianos,

en la vida sacramental, en el amor a la Santísima Virgen María,

a ser sujetos de derechos, haciendo valer nuestra identidad de hijas tuyas,

con audacia y liderazgo para levantar la voz,

exigiendo nuestra presencia en espacios públicos y privados,

aportando desde nuestros conocimientos y saberes,

 en la construcción de políticas para una sociedad más justa y democrática

donde todos los hombres y mujeres 

sin distinción de sexo, edad, raza, lengua, religión, vivamos en armonía.

Sabemos Señor que si las niñas y adolescentes hoy, estamos bien,

el mañana lo tendremos asegurado, siendo mujeres lideresas,

defensoras de la vida, de los derechos humanos y del cuidado de la “Casa Común”,

ocupando altos cargos en nuestra sociedad a nivel político, económico, religioso, social,

tejiendo juntos, hombres y mujeres

lazos de amor, justicia, solidaridad, respeto por la vida y por las diferencias,

promoviendo la autonomía y la igualdad de género en el mundo entero.

AMEN