Obispo defiende celibato sacerdotal: No se es un “solterón” sino un consagrado a Dios.
El Obispo Auxiliar de Santiago del Estero (Argentina), Mons. Ariel Torrado Mosconi, defendió el celibato sacerdotal al afirmar que “es un estilo de vida que tiene que ver con vivir para los demás, no como un ‘solterón’ ni como un ‘funcionario’, sino entregado totalmente al pueblo de Dios”.
Así lo expresó en declaraciones al diario argentino El Liberal, luego de hechos como la carta enviada por un grupo de mujeres involucradas con sacerdotes y la tergiversación que ciertos medios hicieron sobre las declaraciones del Papa Francisco durante el vuelo de retorno a Roma.
Mons. Torrado Mosconi explico que “en las Iglesias orientales los hombres casados pueden ser ordenados sacerdotes. Esta práctica es considerada como legítima desde tiempos remotos y estos presbíteros ejercen un ministerio fructuoso dentro de sus comunidades. Sin embargo en las Iglesias orientales, los obispos son elegidos únicamente entre los célibes y son numerosos los presbíteros que libremente escogen el celibato por el Reino de Dios”.
“Durante toda la historia de la Iglesia se ha tenido al celibato en una alta estima como un modo de imitar a Jesús célibe y de entender el ministerio sacerdotal con una exigencia que implica la entrega total e indivisa de toda la vida por el Reino de Dios”, indicó.
Mons. Torrado añadió que “tanto en Oriente como en Occidente, quien recibe el sacramento del orden no puede contraer matrimonio. Es decir que pueden escogerse hombres casados para el sacerdocio, pero es totalmente contrario a la tradición que los que ya son sacerdotes se puedan casar”.
El Prelado recordó que en el seminario se tienen años de discernimiento, hasta que se elige la vocación sacerdotal “con total libertad”.
“Valoramos la belleza de la vocación matrimonial, pero creemos que hemos sido elegidos para otra forma de amor y la abrazamos con alegría. Lo hacemos siguiendo el ejemplo de Jesús que quiso para sí una vida célibe y que llamó a los suyos a dejarlo todo por su Reino”.
“Abrazamos el celibato como una vocación al amor, que es la vocación innata y fundamental de todo ser humano”, afirmó.
Mons. Torrado aseguró que vivir el celibato con coherencia se vuelve “un anuncio radiante del Reino de Dios y una fuente inagotable de crecimiento humano ampliando la medida del amor, dilatando el corazón para que abrace a la humanidad entera”.
Cuando se lleva adelante el celibato “con generosidad y mirada sobrenatural es fuente de alegría y consuelo. Por eso yo, al igual que el Papa Francisco, lo aprecio mucho y creo que es un gran don para la Iglesia”, expresó.
ACI Prensa
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