Bajo el lema «Una Iglesia Sinodal en Comunión, Participación y Misión», 412 personas se reunieron presencialmente durante tres días, en el auditorio de la universidad de San Buenaventura, para compartir juntos un espacio de crecimiento espiritual, escucha activa ycomunión, como iglesia de Cartagena que camina en Sinodalidad.

La Asamblea Arquidiocesana de Pastoral 2023, contó con la participación de laicos, representantes de las parroquias, pertenecientes a los movimientos laicales y asociaciones de laicos, miembros de la Comisión Arquidiocesana de Pastoral; personas de la vida consagrada pertenecientes a las distintas comunidades religiosas presentes en la Arquidiócesis; seminaristas del Seminario Provincial San Carlos Borromeo, el presbiterio arquidiocesano junto con el Arzobispo, y un sinnúmero de personas conectadas a través de la virtualidad, que pudieron vivir y disfrutar de momentos llenos de cultos eucarísticos, expresiones artísticas, espacios de dialogo, formación y reflexión espiritual.

El objetivo principal de este ejercicio eclesial, que estuvo coordinado por el Padre Javier Rosanía, Vicario de Pastoral, fue evaluar los nueve rostros que orientan el plan pastoral de la Arquidiócesis de Cartagena (2016- 2026) a través del discernimiento comunitario, guiados por el enfoque sinodal y motivados por la práctica de la Conversación Espiritual.

 

«Una comunión que irradia»

El primer día estuvo marcado por un conversatorio sobre la realidad social de Cartagena, titulado «Lectura de la realidad: Luces y sombras actuales en Cartagena y Bolívar». Moderado por el profesor Orlando Higuera de la Universidad Tecnológica de Bolívar, el evento contó con la participación de destacados profesionales, como lo son Beatriz Salas, Lewis León, y Miguel Correa. 

Los temas que predominaron durante la conversación fueron de especial importancia en el contexto actual, como los retos que presenta la gobernabilidad de Cartagena, la contribución de la academia y las organizaciones sociales a la reconciliación nacional, y los proyectos más urgentes en ordenamiento territorial para atender a las comunidades afectadas por el conflicto y la violencia.

La comunión también se extendió a través del arte con la obra ‘El Caminante’ interpretada por el grupo Zambo Teatro. Esta presentación teatral llenó de interpretación y dinamismo la jornada, mostrando las distintas miradas de la paz y su forma de interpretarla. Al final, concluyó que la paz no es un estado del ser, sino una dinámica que hay que crear, sostener y afirmar.

En esta misma línea de reflexiones e interpretaciones en el camino hacia la paz, el Padre Francisco de Roux compartió importantes consideraciones a luz de testimonios marcados por líderes que trabajaron por la construcción de paz desde el documento elaborado por la Conferencia Episcopal, ‘Luces en el camino hacia la paz’, concluyendo de manera concreta que no hay un camino hacia la paz; la paz en sí misma es el camino.

Desde cuestiones de gobernabilidad hasta la escasez de recursos, los desafíos medioambientales y la reconstrucción de la paz en territorios marcados por la violencia, en una comunión tejida con hilos de reflexión y expresión artísticaesta primera jornada se erigió como un punto de encuentro donde las preocupaciones y aspiraciones de la comunidad encontraron eco. 

«Participación, responsabilidad y autoridad»

El segundo día fue fundamental, la iglesia adoptó la metodología de la conversación espiritual, dirigida por el Padre Alfredo Ferro, para evaluar el año pastoral desde los nueve rostros de la Arquidiócesis de Cartagena. En pequeños grupos conformados por 8 personas, guiadas por facilitadores, se llevó a cabo el ejercicio de dialogo profundo, que dio como resultado un espacio de discernimiento comunitario, donde la escucha activa se hizo presente a la hora de abordar colectivamente las preocupaciones y necesidades de cada parroquia o zona pastoral. La conversación espiritual no solo ayudó a identificar los desafíos y oportunidades que son relevantes para la comunidad eclesial, sino que también fortaleció la colectividad, la participación y la responsabilidad compartida, creando un terreno fértil para el crecimiento espiritual y el desarrollo comunitario.

“Corresponsables en la misión”

El tercer día culminó con la presentación de la síntesis de los trabajos de conversación espiritual y el lanzamiento oficial del itinerario 2024. A través de la experiencia de todos los presentes, se pudo reafirmar el compromiso de la iglesia en la misión, caminar todos unidos como comunidad eclesial que no actúa desde el individualismo, sino desde el sentir comunitario, como agentes de cambio en las comunidades

A este especial momento se le añade el “Decálogo del Amor a Dios y a los Hermanos” compartido por Monseñor Francisco Javier Múnera Correa, estableciendo los 10principios fundamentales que guiarán nuestra comunidad en los próximos años pastorales. Estos principios, desde adorar y escuchar hasta servir y perdonar, son el fundamento de nuestro compromiso con una Iglesia sinodal en comunión, participación y misión.

“Amar a Dios es adorarlo, amar a Dios es escucharlo, amar a Dios es darle gracias, amar a Dios es alabarlo y bendecirlo, amar a Dios es testimoniarlo y anunciarlo. Amar al prójimo es servir, amar al prójimo es cuidarlo, amar al prójimo es acogerlo, amar al prójimo es compartir, amar al prójimo es perdonar.” Monseñor Francisco Javier Múnera Correa, IMC. Arzobispo de Cartagena.

Al concluir estos tres días llenos de reflexión, diálogo,escucha activa, discernimiento y comunión espiritual, podemos decir con certeza que la Asamblea Arquidiocesana fue más que un evento; fue una experiencia transformadora que nos unió en fraternidad, como hermanos en Cristo. Nos llevamos con nosotros no solo el itinerario para el próximo año pastoral, sino también los principios del ‘Decálogo del Amor a Dios y a los Hermanos’, espacios de conversación y el espíritu renovado al trabajar juntos como corresponsables en la misión, como comunidad eclesial. Cada palabra compartida, cada oración elevada, cada adoración y cada gesto de amor y servicio, seconvierten en los cimientos de nuestra iglesia de Cartagena.

Que estos días de reflexión continúen inspirándonos en nuestro caminar sinodal.