Cartagena celebró el Jubileo del Migrante y Refugiado en el espíritu de San Francisco de Asís

Con espíritu franciscano y en sintonía con el mensaje del Papa León XIV para la 111.ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, la Arquidiócesis de Cartagena celebró este sábado 4 de octubre el Jubileo del Migrante y Refugiado, en el marco de la solemnidad de San Francisco de Asís y los 800 años del Cántico de las Criaturas.
Una jornada de oración, formación y fraternidad que exaltó el compromiso de la Iglesia con quienes viven la difícil realidad de la movilidad humana.
Convocada por el Servicio Pastoral al Migrante (SEPAMIVE), programa de la Arquidiócesis de Cartagena, la celebración reunió a migrantes venezolanos, colombianos retornados, mexicanos y comunidades de acogida en el Centro de Espiritualidad Madre Bernarda, para vivir un día de encuentro, celebración, reflexión y plegaria.

Diálogo, cultura y esperanza compartida
La mañana se dedicó a un espacio de diálogo formativo en torno al tema de la movilidad humana, uno de los rostros más visibles de la Iglesia arquidiocesana.
En este espacio, el Padre Rafael Castillo acompañó la conversación junto a miembros de distintas instituciones, destacando que “Dios camina al ritmo de los que se van quedando”, una imagen que iluminó la reflexión sobre la presencia de Dios en los caminos inciertos de los migrantes.
Por otra parte, Kelly Suárez, de la Corporación Desarrollo y Paz del Canal del Dique, enfatizó en el mensaje del Papa Francisco, destacando que “la esperanza es la principal motivación de la movilidad humana” y que el verdadero desarrollo humano integral se alcanza “cuando las comunidades migrantes y de acogida conviven en igualdad de derechos, con acceso a salud, educación y trabajo digno”, un reto que sugiere a la institucionalidad y distintos actores trabajar de manera conjunta para ser garantes de este desarrollo.

El ambiente se llenó de alegría con las muestras culturales preparadas por los mismos participantes: bailes, cantos, rancheras y plegarias por la paz interpretadas por migrantes, como muestra de integración y esperanza compartida.

Peregrinación y Eucaristía jubilar
En la tarde, los participantes emprendieron una peregrinación hacia el Santuario Jubilar Santa María Bernarda Bütler, ondeando banderas de distintos países, entre ellas las de Palestina, Venezuela y otras naciones en conflicto, como plegaria por el cese de las hostilidades y por la fraternidad universal.
Este gran signo evidenció la diversidad de culturas y realidades que la Iglesia está llamada a acoger, acompañar y proteger.
La jornada culminó con la Eucaristía de indulgencia plenaria, presidida por Monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena, quien en su homilía recordó que San Francisco de Asís encarna la fraternidad y la pobreza.
“El Evangelio está dirigido a los pobres de Dios, a los más vulnerables”, expresó el prelado, invitando a todos a ponerse en camino con la misma sencillez y apertura del santo de Asís.
“La Arquidiócesis de Cartagena tiene un rostro migrante, un rostro peregrino que acoge a todos los que buscan refugio. Cuando somos capaces de acoger en nuestro corazón a estos hermanos, acogemos al mismo Cristo”, afirmó Monseñor Múnera, quien también resaltó el valor del silencio, del esfuerzo y del servicio como caminos de comunión.
El Jubileo del Migrante y Refugiado, celebrado en un clima de fraternidad y esperanza, mostró, nuevamente el compromiso de la Iglesia cartagenera con la acogida, la integración y la construcción de una paz que se hace posible caminando juntos.
La celebración concluyó con el envío misionero, y el llamado a reconocer que los migrantes no son solo portadores de esperanza, sino misioneros de la esperanza, llamados a renovar la fe y la solidaridad en las comunidades donde son acogidos.