Debemos orar por el Papa, con estas palabras inició Monseñor Jorge Enrique Jiménez  la celebración Eucarística que posesionaba al Padre Elkin Acevedo como párroco de la nueva parroquia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo que se realizó este domingo 17 de marzo a las 8:00 de la mañana.

Dentro del marco de esta celebración el mensaje del Evangelio nos habla de Jesús como Maestro y diríamos no solo como un maestro cualquiera, sino como El Maestro.

El Evangelio del Domingo pasado nos hablaba de la parábola del “Hijo pródigo”, que deberíamos llamar la parábola del “Padre Misericordioso” poniendo más el acento en la actitud del padre que en la del hijo. En esta actitud de misericordia tiene el mismo sentido la lectura de hoy, el Padre misericordioso. Solo que en la situación de hoy en el caso de la mujer adúltera que traen ante Jesús, existe una encrucijada, una trampa que ponen a Jesús para ver que responde y acusarlo. En este caso existen dos salidas posibles, la primera y la que debían esperar de Jesús es la de optar por la misericordia, en este caso lo acusarían de trasgredir la ley de Moisés, pues una mujer encontrada en adulterio debía ser apedreada y en el segundo caso era el de aceptar la ley de Moisés a lo cual le fueran echado en cara su predicación de misericordia y se fuera venido abajo toda la parábola del padre misericordioso. Oh maravillosa respuesta que encontramos en los labios de Jesús, nos relata el evangelista que ante la pregunta de los xxx Maestro hemos encontrado a esta mujer en adulterio , Jesús se agacha y escribe en el suelo, recordemos este acento especial que hemos querido poner en este texto evangélico,  Jesús es el Maestro, le vuelven a preguntar, y ante esto pareciese evadir la pregunta y cambiar esa encrucijada tramada contra él y colocarla ante ellos, creo que descubriendo su forma de pensar y de ver, descubriendo en su mensaje y en su juicio, la óptica de Dios.

Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra y siguió escribiendo… no le volvieron a replicar, llama la atención que se fueron yendo desde los más viejos hasta los más jóvenes quedando al final solo Jesús y la mujer, Jesús le pregunta mujer nadie te acusa yo tampoco te acuso vete y no vuelvas a pecar. Jesús no aprueba el pecado, no hace de este como la sociedad actual un derecho, sino que mira a la persona y rescata a la persona. Esta mujer debio irse totalmente desconcertada pues no solo le recobro la dignidad sino que la perdono, restauro su vida, con la advertencia de no pecar más, tanto se podía encontrar en las palabras de Jesús, mira hasta donde te a traido tu pecado, al borde de la muerte, vete y no peques más, mensaje asombroso de misericordia, del verdadero rostro de Dios que no hemos podido descubrir pensando en un Dios castigador y justiciero, aunque sin caer en el que reza y peca empata.

En la celebración se realizó el signo de la sede, el cual acostumbra a realizar Monseñor Jorge, en la entrega de las parroquias, seguido del recibimiento de la comunidad con un abrazo al padre y las palabras de la comunidad y del párroco.

Lo que sí es especial en cada posesión parroquial son los compromisos dados al párroco, siempre son únicos y nuevos, irrepetibles como esa misión especial, que nace del mismo evangelio compartido en la celebración por lo tanto poseen el carácter de la misión encomendad por Dios.

En este caso el padre Elkin recibió de parte de monseñor dos tareas:

  • La primera, ser maestro y ser un verdadero maestro inspirado en Jesús
  • La segunda, hacer una comunidad llena de misericordia.

Ambas tareas podríamos decir de gran magnitud y de gran laboriosidad que desbordan el trabajo pastoral y alcanzan un sentido escatológico, es decir de salvación a cada persona y laico de la comunidad.

Terminemos reflexionando en la actitud del padre misericordioso, a la cual también hoy Jesús nos invita a la actitud de mirar nuestros corazones, escudriñarlos y ver si estamos lanzando piedras aquellas personas en las que vemos ciertos pecados no viendo que cada uno de nosotros necesita de esa padre bueno que nos ame y que en este caso fue Jesús pero que la invitación a ser verdaderos discípulos es a tomar las mismas actitudes y sentimientos del Maestro y por lo tanto de amar como Jesús nos ha amado.

Por: Alexander Castañeda Useche

@alexto77