La jornada del segundo día del I Congreso Latinoamericano de Agentes de Pastoral Familiar, donde participan más de 310 congresistas de 22 Conferencias Episcopales de América Latina y el Caribe inició con la Eucaristía presidida por Monseñor Vincenzo Paglia, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia. Seguido se realizó la exposición del Santísimo que contó con la reflexión de Monseñor Juan José Pineda, obispo auxiliar de Tegucigalpa y miembro del Departamento de Familia, Vida y Juventud del CELAM.

Haciendo alusión al evangelio de la parábola de la semilla de mostaza, Monseñor Pineda explicó que los matrimonios y familias cristianas son esa semilla de mostaza sembrada en el huerto de la Iglesia. Advirtió que “creemos firmemente que nuestras familias son así y que tendrían que ser así, tras agregar que “sabemos que estamos en un mundo que no entiende la familia de esta manera”.

Pero aclaró que ni el Cardenal, los obispos, los y las religiosos, no pueden llegar a donde los matrimonios y familias cristianas pueden hacerlo. Por ello les dijo: “En nombre de la Iglesia les necesitamos. Les pedimos que sean como ese grano de mostaza, vayan por el mundo, cuélense por todas las rendijas que sean necesarias, donde puedan plantarse  y crecer”, aunque el mundo no sea un huerto fértil donde puedan florecer.

Con emotiva expresión le pidió a las familias que “sean en el huerto de nuestra América Latina un arbusto frondoso; produzcan frutos; alimenten a nuestro continente con el buen sabor del evangelio; denle sombra, bienestar, frescura a aquellos hermanos que viven alguna situación irregular en su matrimonio o  su unión, para que con la gracia y la misericordia de Dios puedan encontrar el camino correcto”.

Finalmente parafraseando a la Madre Teresa de Calcuta, les advirtió que “el mundo de hoy no les entiende pero el mundo de hoy les necesita. Que Dios les bendiga”.

Testimonios de la vida en plenitud con Cristo

Los organizadores del Congreso han insistido en que los laicos son los protagonistas de este evento, por ello un momento de mucho significado fue el testimonio de los esposos Diana y Jesús Cantillo, canta autores colombianos, con 18 años de casados, tiempo en que juntos han proclamado el evangelio con el canto, dando catequesis y con la predicación.

Destacando que su esposa Diana es una bendición en su vida, Jesús Cantillo manifestó que viven la plenitud en Cristo, con la mirada puesta en Él, quien los ha sostenido en cada momento, y de esta forma han aprendido cómo salir adelante. A partir de su experiencia, le cantan al mundo que es posible vivir la fidelidad con el Señor, especialmente a la juventud que no cree en el matrimonio sacramental, afirmó.

Diana Cantillo, con voz emotiva recalcó su alegría de vivir la plenitud del Señor, quien a pesar de haber sido en su niñez testigo del alcoholismo, de la miseria, de la irresponsabilidad familiar, donde es muy difícil creer en Dios, a sus 18 años comprendió que cada experiencia difícil tiene un propósito de crecimiento, gracias a personas, obispos, sacerdotes que no se quedaron callados y le presentaron el evangelio de Jesucristo . Aseguró que  “no podemos darle ánimo a otros sino hemos pasado por el horno de la prueba”.

El día de su matrimonio, narró, su padre le pidió perdón por no haber sido un buen padre ni buen esposo con su madre; la bendijo y le manifestó que oraría por su felicidad. Diana al cumplir su primer año de casada pensó que al despertar iba a ver gritos, golpes, circunstancias difíciles, pero no fue así: “en mi lecho encontré al esposo, al caballero que Dios me había regalado”.

Retiro un espacio que nos hace diferentes        

En la jornada del segundo día del Congreso, los participantes se organizaron en las mesas de trabajo sobre la educación, la economía, la comunicación, las políticas públicas y la nueva Evangelización de cara a la familia, que permitieron el intercambio de experiencias, la reflexión y propuestas pastorales de cara a la familia.

La jornada culminó en la tarde con el retiro espiritual dirigido por Monseñor Santiago Silva, Secretario General del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) sobre la espiritualidad de comunión y participación desde la familia.

Monseñor Silva destacó que la importancia de ese momento de encuentro con Jesucristo y con su Palabra, que es lo que diferencia toda misión de los cristianos. Utilizando la parábola del hijo pródigo reflexionó sobre la figura del Padre, que es misericordioso, que nos trata a todos sus hijos de igual manera.

Cortesía del CELAM, 6 agosto de 2014

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