En la alegría de Cristo Jesús, los jóvenes de la Arquidiócesis vivieron la XIX Jornada de Juventud Misionera
Por primera vez se realizó en la Arquidiócesis de Cartagena la jornada de juventud misionera; un evento que se celebra todos los años a nivel nacional, y que en este debut en la ciudad reportó mucho éxito.
Los grupos juveniles de la Arquidiócesis se dieron cita a las 3 de la tarde del sábado 9 de agosto en la casa de oración María de Nazaret, y allí, bajo la coordinación de la Comunidad de Juventud Misionera REFRAN, perteneciente a la zona 10 de pastoral, se inauguró la programación orientada en el lema: ¡Jóvenes bienaventurados, por Cristo hemos optado!, en concordancia del: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos”, mensaje de la Jornada Mundial de la Juventud que se realizará en el 2.016 en Cracovia, Polonia.
La apertura del encuentro estuvo a cargo del ministerio musical “Año 33”, quienes con algunas de sus mejores canciones y con una oración, le dieron la bienvenida a todos los asistentes. Inmediatamente después se rezó el rosario misionero, oración característica de las Obras Misionales Pontificias (OMP), que es de donde surge toda la acción de las juventudes misioneras.
En dicho salterio se oró por los 5 continentes, y cada misterio del mismo estuvo a cargo de representantes de los movimientos: Jornada de Vida Cristiana, Encuentro Juvenil, Juventud Misionera, Renovación Carismática Católica y también de la Comisión Arquidiócesana de Pastoral Juvenil.
Frente al tema de las bienaventuranzas, los muchachos de la zona 10 de pastoral, hicieron una representación sobre como lograr vivir estas realidades en la alegría que nos presenta Cristo Jesús, para luego darle paso a la enseñanza del día que estuvo dirigida por el padre Ariel Lascarro, Vicario de Pastoral de la Arquidiócesis de Cartagena.
La actividad finalizó con una celebración eucarística presidida por el padre Alejandro Pimentel, delegado arquidiocesano de la Infancia Misionera y las OMP, y ambientada musicalmente por el ministerio Boanerges.
Por Kevin Junior Patiño, Seminarista de la Arquidiócesis
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