Los obispos de la Iglesia Católica, ante la convocatoria que se está realizando por diversos medios a un paro nacional el próximo 21 de noviembre, queremos proponer al pueblo colombiano las siguientes reflexiones:

1. Tiene un especial significado en este momento la exhortación que nos hizo el Papa Francisco cuando visitó nuestro país hace dos años: No decaigan en el esfuerzo por construir la unidad de la nación y, a pesar de los obstáculos, diferencias y distintos enfoques sobre la manera de construir la convivencia pacífica, persistan en la lucha para favorecer la cultura del encuentro.

2. El cansancio y el descontento, que están manifestando ciertas movilizaciones ciudadanas, revelan problemas graves que no hemos logrado superar y que tienen su origen y su expresión en la corrupción, la inequidad social, el desempleo y la imposibilidad de amplios sectores para acceder a los servicios básicos de alimentación, salud y educación.

3. Estas movilizaciones son un derecho democrático, cuando son expresión de libertad y de responsabilidad ciudadana.  Para que tengan verdadero sentido deben apuntar al bien común y no prestarse a intereses personales o de grupos, ni a la implantación de ideologías o propósitos ajenos a la vida de nuestras comunidades.

4. Por la misma razón, hay que evitar que la movilización ciudadana degenere en agresión, saqueo, vandalismo y muerte, que afectan la mayoría de las veces a los más pobres. Esto alimenta el círculo de violencia que dolorosamente hemos vivido durante tantos años, que deslegitima cualquier reclamo y que no trae sino nuevos y más graves males.

5. La Iglesia católica reafirma que el camino hacia la superación de los problemas sociales y el desarrollo integral de nuestro país, pasa por la escucha y el diálogo con la participación de todos los actores sociales.  La solución depende de todos; es necesario construir, sin más dilaciones, un proyecto común de país.

6. Por ello, invitamos a los responsables de las instancias gubernamentales y a la sociedad civil -instituciones educativas, empresas, agremiaciones- a concretar iniciativas que hagan de nuestro país una casa y patria para todos.  Colombia necesita la participación de todos para abrirse al futuro con esperanza. La Iglesia católica quiere ser la primera en acompañar procesos en la línea del desarrollo integral y de la convivencia pacífica.

Llamamos a todos los católicos y a las personas de buena voluntad a orar por nuestra patria.  Para este domingo 17 de noviembre, en el que la Iglesia realiza la Jornada Mundial de los Pobres, convocamos a las comunidades parroquiales a pedir en cada Eucaristía por Colombia, así como nos indicó el Santo Padre: Levantemos los ojos al cielo, pues Dios es capaz de desatar lo que para nosotros parece imposible; Él nos prometió acompañarnos hasta el final de los tiempos y no va a dejar estériles los esfuerzos que hagamos juntos para tener un mejor país.

+ Óscar Urbina Ortega Arzobispo de Villavicencio Presidente de la Conferencia Episcopal + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín Vicepresidente de la Conferencia Episcopal
+ Elkin Fernando Álvarez Botero
Obispo Auxiliar de Medellín
Secretario General de la Conferencia Episcopal
Bogotá, D.C., 14 de noviembre de 2019