«LA VIOLENCIA NO SOLUCIONA NADA; PRODUCE SUFRIMIENTO Y MUERTE«

Ante la compleja situación social que está atravesando el país en estos momentos, enmarcada en la emergencia sanitaria mundial, la Iglesia católica ha emitido un comunicado de 8 puntos en el que advierte que, si bien las protestas son un derecho válido de ejercer y una alternativa, éstas deben hacerse respetando los derechos humanos.

Rechazamos decididamente, sea cual fuere su proveniencia, las violaciones a los derechos humanos, los actos de violencia vandálica, los bloqueos a la movilidad y al abastecimiento de alimentos, la desaparición de personas, los atentados contra la integridad física de cualquier persona, los destrozos causados a los bienes públicos y privados”.

Igualmente, en este segundo comunicado relacionado con el tema del paro nacional, los obispos expresan el dolor de Iglesia por las muertes, los heridos y los enfermos que no han podido contar con la atención de la misión médica, por causa de los cierres y las afectaciones en las vías.

En su mensaje, el episcopado reafirma que “la violencia, el vandalismo, las agresiones, el abuso de la fuerza y el caos social no solucionan nada, pues sólo traen consigo sufrimiento y muerte, especialmente a los más pobres, además de deslegitimar y hacer cuestionable cualquier protesta social”.

En este contexto, los obispos hacen un llamado urgente y clamoroso para que se detengan estos hechos de violencia y de muerte que se están impulsando. “Es momento de emprender juntos la tarea de generar un modelo de desarrollo humano integral”, afirman.

Exhortan a seguir el insistente llamado que el Papa Francisco ha hecho de abrir los canales para el diálogo social; esto, indican, ayudará a afrontar la compleja situación que vive el país. “Insistimos en la imperante necesidad de avanzar hacia la reconciliación nacional y hacia la paz, con la participación y los esfuerzos de todos los ciudadanos, sin perder de vista que es un camino arduo que requiere valentía y perseverancia”.

Jornada de Oración
Finalmente, los obispos convocan a todas las comunidades católicas, para que este 7 de mayo, primer viernes de mes, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, se realice en todas las parroquias del país una jornada de oración para pedir por la paz de Colombia.