Los obispos católicos de Colombia, tras el anuncio de la conclusión de los diálogos entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las FARC-EP en La Habana, manifestamos a la opinión pública que:

  1. Recibimos con esperanza la oportunidad que se abre de poner fin al conflicto armado que ha marcado la historia del país durante más de cinco décadas.

  1. Reiteramos el llamado a que se implemente una pedagogía de los acuerdos, de modo que todos puedan comprender los alcances de lo pactado en los diálogos y prepararse conscientemente para participar en el próximo plebiscito.

  1. Entramos en una etapa de debate sobre los acuerdos, por tanto invitamos a los líderes políticos, organizaciones ciudadanas, responsables y animadores de los medios de comunicación y al pueblo colombiano en general a promover una reflexión serena, en clima de diálogo y respeto, animada en todo momento por el compromiso con la construcción de la paz, pensando siempre en el bien del país, por encima de intereses sectoriales o particulares.

  1. Reafirmamos la invitación que hicimos al terminar nuestra 101 Asamblea Plenaria: Convocamos al pueblo colombiano a participar en la consulta sobre los Acuerdos de La Habana, de manera responsable, con un voto informado y a conciencia, que exprese libremente su opinión, como ejercicio efectivo de la democracia y con el debido respeto de lo que la mayoría finalmente determine”.

  1. Hacemos un llamado a las comunidades católicas –jurisdicciones eclesiásticas, parroquias, congregaciones religiosas, seminarios y casas de formación, grupos y pequeñas comunidades eclesiales- a intensificar la oración por la paz en nuestro país y a discernir a la luz de la Palabra de Dios el camino que nos lleve a ser artesanos de paz.

  1. De igual manera, animamos a todos nuestros hermanos y hermanas de buena voluntad a asumir el reto de aportar a la superación de toda forma de violencia y a trabajar unidos en la construcción de una Colombia reconciliada y en paz.

+ Luis Augusto Castro Quiroga

Arzobispo de Tunja

Presidente de la Conferencia Episcopal

Bogotá, D.C., 24 de agosto de 2016