Una maravillosa  fiesta de fe se vivió en la Gran Vigilia arquidiocesana de Pentecostés, organizada por la Renovación Carismática Católica de Cartagena. A este encuentro  acudió una multitud de aproximadamente 3000 personas, provenientes de todas las parroquias, comunidades y movimientos apostólicos, quienes,  en medio del canto, la alabanza y la oración clamaban incesantemente la presencia del Espíritu Santo para impulsar la nueva evangelización. Esta Vigilia tuvo lugar en el Estadio de softbol de Chiquinquirá e inició a las 7:00 de la noche del viernes 17 hasta las 5:40 de la mañana del sábado 18 de mayo.

En esta oportunidad, la predicación estuvo a cargo del Padre José Camilo Arbeláez, sacerdote de la Arquidiócesis de Medellín, quien durante 6 años fue asesor de la Renovación Carismática de Colombia y actualmente se desempeña como Rector de un seminario de vocaciones tardías y director de la fundación Pan y Paraíso en la capital antioqueña.

La programación incluyó momentos de alabanza por medio de la música, danza, predicación, oración, adoración eucarística, rezo del Santo Rosario y un concierto a cargo del ministerio Kefas. Sin embargo, el culmen de toda la Vigilia fue la celebración de la Eucaristía, la cual  inició al rayar la media noche y fue presidida por Monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo de Cartagena, y concelebrada por 20 sacerdotes. En la homilía, monseñor destacó que el Espíritu Santo otorga muchísimos regalos y dones espirituales a quienes se los piden, con el fin de fortalecer y dinamizar la labor evangelizadora de la Iglesia.

Realmente, en este multitudinario encuentro de fe se cumplió el lema que se repetía una y otra vez: “Sopló sobre ellos y les dijo: ‘reciban el Espíritu Santo’” (Juan 20, 22). La alegría del pueblo de Dios se veía reflejada en los rostros de los asistentes, los cuales, desafiando el sueño y otras contrariedades permanecieron en oración perseverante hasta que brilló la aurora del nuevo día.

La Vigilia contó con el apoyo de la Emisora Minuto de Dios, medio de comunicación que permitió la transmisión en vivo para las personas que no pudieron  asistir al Estadio. En este Año de la Fe, concentraciones como ésta son reflejo de la acción del Espíritu de Dios en el Cuerpo de Cristo: la Iglesia.

Por Octavio Gabriel Martínez Garizabal, estudiante de comunicación social