Por estos días -del 5 al 19 de octubre- se se está realizando en el Vaticano la Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Familia. En estas congregaciones el tema abordado es »Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización». El año próximo asistiremos a la segunda instancia de este Sínodo, la ordinaria, que tendrá por objeto »La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo».

Los medios de comunicación del mundo se han hecho eco día a día (y por qué no decirlo, casi minuto a minuto) de las deliberaciones, posturas y puntos de vista que van surgiendo entre los padres sinodales. Son los mismos medios de comunicación que hacen puente informativo con muchos de quienes se sienten involucrados en los debates porque su situación de vida los ubica en el centro.

Es una buena ocasión para dejar claro al pueblo de Dios que la «Relatio post disceptationem” que tomó estado público el 14 de octubre, durante la undécima Congregación General y fue presentada por el Relator General de la Asamblea, el cardenal Péter Erdő, tiene carácter de material de trabajo. En definitiva, de eso se tratan este tipo de reuniones episcopales: comprender más y mejor la realidad, para estar más cerca y con mejor calidad de sintonía con los pueblos del mundo.

Las coberturas periodísticas de los sucesos vaticanos suelen estar “paralelizadas” con otras que miran sucesos en los que priman las lógicas políticas o económicas. La vida de la Iglesia, en este caso esta Asamblea Extraordinaria, se rige por otra tipificación de coordenadas, no exentas de mundo real pero con una mirada que parte de la fe y transita explícitamente un amor profundo (el amor mayor) por la vida del hombre, vida que nos regala Dios.

Miremos estos días en tono de planteo, descripción y análisis, imaginando los climas fraternos y libres de las conversaciones; con las contradicciones propias de quienes sinceramente andan tras las transparencias que otorga la verdad.

Hecho este comentario que hace a la vida de nuestra iglesia y de nuestros pueblos en el mundo entero, vayamos al sumario de nuestra edición remozada ─estrenamos nuevo formato─  N° 45 de NOTICELAM.

Por supuesto, abordamos algunas voces episcopales que se escucharon en el ámbito de la Asamblea Extraordinaria sobre la familia; viajamos hasta Chile que celebró el Día Internacional para la Reducción de Desastres mientras que en Brasil el tráfico humano será tema de reflexión del Día Nacional de la Juventud.

Los obispos de Tlapa, Ciudad Altamirano, Chilpancingo-Chilapa y Acapulco, expresan su preocupación por la creciente violencia e invitan a construir la paz a través de un comunicado: “No podemos esperar que nos traigan la paz de fuera ni de arriba. Tenemos que construirla entre todos”, proponen.

Compartimos también un cambio episcopal en nuestro continente: el hasta ahora obispo de la diócesis de Jaboticabal, Antonio Fernando Bronchini, C.S.S., fue designado como obispo de Itumbiara en Brasil.

Para nuestro cierre abrazamos fraternalmente, en oración activa, a todos los migrantes del mundo, en especial los “pequeños migrantes”, esos niños lastimados por la violencia social que salen de sí en busca de una tierra en la que solo ansían vivir en paz.

Cortesia del Celam, 16 de octubre de 2014
EQUIPO DE REDACCIÓN DE NOTICELAM
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